jueves, 17 de julio de 2025

LA MADRE QUE SALE DEL CLAUSTRO: AREQUIPA CELEBRA A LA VIRGEN DEL CARMEN

CRÓNICA
Por: Karen Pinto Cahuana

El primer domingo de julio amaneció con aroma a incienso y rezos en el corazón del Cercado de Arequipa. Desde temprano, fieles llegaron al Monasterio de «San José», sede de las Madres Carmelitas Descalzas, para vivir un momento único: la salida procesional de Nuestra Señora del Carmen, una imagen milagrosa que desde 1710 es custodiada con devoción por las religiosas y venerada por miles en la ciudad.

Vestida de azul y rojo, coronada y sosteniendo al Niño Jesús, la imagen de la Virgen fue llevada en andas desde el claustro hasta el templo parroquial, donde comenzó su primera jornada entre el pueblo. Detrás, avanzaban religiosas, seguidas por familias y fieles que portaban el Escapulario del Carmen, símbolo de consagración mariana que, según la tradición, fue entregado por la misma Virgen a San Simón Stock en el siglo XIII.  
La procesión recorrió las calles céntricas hasta llegar a ESSALUD, donde se realizó una breve bendición. Para los fieles, no era solo un acto litúrgico, era un encuentro con la madre celestial que, cada año, sale del silencio del convento para caminar entre sus hijos.

Desde el viernes 7 de julio, el rezo del Santo Rosario y la novena han reunido a comunidades en torno a la fe. Las misas, celebradas a las 7, 8, 9 y 19 horas, colman el templo. Pero la conmemoración llegó el lunes 16, con la Misa de fiesta a las 10 a.m. y la gran procesión a las 4 p.m. , que recorrió la calle Melgar, Peral, San José, San Francisco, Ugarte, Santa Marta, Colón y San Pedro.

La devoción al Carmen no se limita al centro. En Lambramani , la parroquia «San Juan de la Cruz» vivió días de intensa espiritualidad. La novena comenzó el 7 de julio junto a los Frailes Carmelitas Descalzos y la Orden Seglar. El sábado 14, el arzobispo monseñor Javier del Río Alba presidió la Misa de vísperas, y el domingo 15 se celebró la fiesta mayor, con procesión a las 4 p.m. y misa solemne a las 7:30 p.m.

La imagen del Carmen arequipeña, tallada en 1710, es más que una obra de arte, siendo una pieza de identidad y religión. Las Madres Carmelitas la cuidan, pero también la comparten con generosidad. “Ella no es solo nuestra, es de todos”, dijo una religiosa.

Durante las procesiones, la Virgen salió entre el fervor de los fieles, Arequipa volvió a detenerse un instante. Pese al clima caluroso o de frío, lo que importo es que, una vez más, la Madre del Carmen camino entre su pueblo.

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