viernes, 18 de julio de 2025

EL COLAPSO DEL TRÁNSITO EN EL CENTRO HISTÓRICO DE AREQUIPA

REPORTAJE
Por: David Flores Mendoza

Arequipa, la segunda ciudad más poblada del Perú y reconocida por su riqueza arquitectónica y cultural, enfrenta una de sus crisis urbanas más visibles, la congestión vehicular. Las calles del Cercado, especialmente en el Centro Histórico, se han convertido en un caos constante de automóviles, impaciencia y desorden. Este problema no es nuevo, pero sí ha empeorado con el paso de los años, agravado por el crecimiento desbordante del parque automotor y una infraestructura vial que no ha evolucionado al ritmo de la demanda. Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), en Arequipa se han vendido más de 76 000 vehículos nuevos desde 2019, incluyendo cerca de 16 000 solo en 2023. Esta cifra refleja una realidad que afecta a miles de ciudadanos diariamente, el tráfico se ha convertido en un problema estructural que pone en jaque la movilidad, la economía y el patrimonio de la ciudad.

El informe mundial de TomTom Traffic en 2024 ubicó a Arequipa en el puesto 16 entre las ciudades más congestionadas del mundo y en el cuarto lugar deAmérica Latina. Un rankingque evidencia el nivel de gravedad del problema. Julio Cáceres, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, informó que en 2019 se vendieron más de 13 000 vehículos nuevos en la ciudad. En 2020, por la pandemia, las ventas cayeron a 7 000, pero en 2021 se recuperaron con más de 15 000 unidades. En los años 2022 y 2023 se alcanzaron casi 16 000 vehículos cada año, y hasta agosto de 2024 ya se habían vendido más de 10 000 unidades. Este crecimiento constante ha saturado una red vial ya de por sí limitada, diseñada en época colonial y que hoy debe soportar una demanda para la que no fue pensada.  
EL Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) reveló que el 70 % de los arequipeños pasa, en promedio, 45 minutos por trayecto. Esto representa una pérdida de tiempo considerable que se traduce en costos económicos altos para la ciudad. Según la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, la congestión vehicular genera pérdidas superiores a los 700 millones de soles al año. Además, el impacto en la calidad de vida de los ciudadanos es evidente, un trabajador que se traslada al centro puede perder entre 45 minutos y una hora diaria en tráfico, lo que equivale a más de 20 horas mensuales desperdiciadas solo en desplazamientos.

La congestión no se debe únicamente al aumento de vehículos, sino también a una gestión del transporte deficiente. Según el gerente de Transporte de la Municipalidad Provincial de Arequipa, Miguel Santa Cruz, hay aproximadamente 32 000 vehículos circulando en la ciudad, de los cuales solo 6 000 están formalizados. Adolfo Paco, presidente del gremio CETARA, ha señalado que la Ordenanza Municipal N.º 927-2015, vigente desde 2015, ha sido aplicada “únicamente para sancionar a taxistas, sin considerar a otros actores del sistema”, lo que ha generado una percepción de injusticia y discriminación en elsector del transporte. Esta normativa, en lugar de regular el tráfico, se ha convertido en una herramienta de control recaudatorio, sin un enfoque integral que beneficie a toda la ciudad.

Entre los factores que han agravado la situación están el crecimiento desordenado del parque automotor, la falta de regulación del transporte público informal y el mal diseño urbano del Centro Histórico. La facilidad de créditos vehiculares, el deseo de estatus social y la comodidad han impulsado la compra de autos particulares, generando un aumento descontrolado de unidades motorizadas. Por otro lado, el transporte informal, incluyendo combis, taxis ilegales y aplicaciones como “InDriver” o “Yango”, opera sin control, contribuyendo al caos en las calles.

Las calles del Cercado, diseñadas en la época colonial, no están preparadas para la carga vehicular actual, y comparten espacio con peatones, ambulantes y ciclistas, lo que incrementa la congestión.

El impacto de esta crisis es múltiple. La contaminación ambiental y auditiva es uno de los efectos más visibles. Según la Dirección de Control y Vigilancia del Ministerio de Salud (Minsa), en 2023 se registró un promedio de 145 µg/m³ de material particulado en el aire, más del triple del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, el patrimonio histórico de la ciudad también está en riesgo, las vibraciones constantes de los vehículos pesados, el humo y las filtraciones están deteriorando estructuras del Centro Histórico, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Si no se toman medidas urgentes, el daño podría ser irreversible. Por otro lado, la inseguridad vial también ha aumentado: en lo que va del año 2025, la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (SUTRAN), en coordinación con la Policía Nacional del Perú (PNP), ha registrado 487 infracciones de tránsito en Arequipa. 
 
En este contexto, el debate sobre el “plaqueo” ha tomado fuerza. La Ordenanza Municipal N.º 927-2015, que restringe el ingreso al Centro Histórico según la placa par o impar, sigue generando opiniones divididas. Fredy Cahui, abogado especialista en transporte, aseguró que “El objetivo nunca fue regular el transporte en el centro histórico. Lo único que se pretendió, y las estadísticas municipales lo confirman, fue generar ingresos por plaqueo y papeletas, lo que se vendió como un logro recaudador”.

Por su parte, Adolfo Paco apoya las recientes modificaciones a la norma, que buscan extender las restricciones a los vehículos particulares. “Solo el taxista ha estado llevando esta cruz día a día”, afirmó. Actualmente, solo 6 000 taxistas están registrados oficialmente.

El futuro del transporte en Arequipa se debate entre la necesidad de ordenar el tráfico, garantizar la equidad entre los distintos actores viales y evitar que las medidas adoptadas se conviertan únicamente en fuentesde recaudación. Mientras tanto, los ciudadanos continúan enfrentándose a diario con las consecuencias, pérdida de tiempo, estrés, contaminación y un deterioro progresivo del patrimonio histórico. Arequipa necesita una solución integral, urgente y sostenible. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades estarán a la altura de los desafíos que plantea una ciudad que crece sin pausa y que exige respuestas a la altura de su importancia cultural y económica.

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