jueves, 13 de noviembre de 2025

HAY FESTIVAL 2025: AREQUIPA ABRE SUS PÁGINAS AL MUNDO

CRÓNICA

Por: Daniela Acosta Chávez 

Fuente: Entre Lineas
Desde hace casi una década, Arequipa se ha convertido en el escenario más importante del diálogo cultural y literario del país. El Hay Festival, evento internacional nacido en el Reino Unido, encontró en la Ciudad Blanca un punto estratégico para expandir su espíritu de conversación, pensamiento crítico y celebración de las ideas. Desde su primera edición en 2015, el encuentro ha reunido a escritores, periodistas, artistas, científicos y pensadores de diversas nacionalidades. Cada año, este festival consolida su rol como uno de los referentes culturales más sólidos de América Latina, al conjugar reflexión intelectual con participación ciudadana.

Este 2025, el Hay Festival volvió a poner a Arequipa en el mapa cultural del continente. Celebrado del 6 al 9 de noviembre, el evento reunió a más de 150 invitados nacionales e internacionales provenientes de 15 países. Esta edición estuvo marcada por la memoria de un nombre que sigue siendo un boom de la cultura nacional: Mario Vargas Llosa. La programación combinó literatura, ciencia, medio ambiente, arte, periodismo y pensamiento político, siguiendo la línea editorial de este festival global: fomentar la conversación entre disciplinas para comprender mejor los retos del mundo contemporáneo.

El evento comenzó el jueves 6 de noviembre en el Teatro Municipal, donde se rindió homenaje al Nobel arequipeño con un diálogo entre Héctor Abad Faciolince, Patricia del Río y Carlos Granés, moderado por María Gracia Ríos. Entre los aplausos y la nostalgia, se recordó al escritor que llevó el nombre de Arequipa al mapa literario del mundo. En el aire se sentía una mezcla de orgullo y gratitud colectiva que solo los grandes artistas pueden provocar.

Uno de los momentos más significativos fue la presentación del documental 20 años del Hay Festival en Colombia, a cargo de Cristina Fuentes La Roche, directora internacional del festival. Esta conmemoración no solo celebró dos décadas de trabajo cultural en el continente, sino que también reafirmó el papel de Arequipa como puente entre América Latina y el mundo.

Durante la ceremonia inaugural, el embajador del Reino Unido en Perú, Gavin Cook, resaltó el valor del pensamiento libre y el poder del diálogo en tiempos de polarización. “El Hay Festival es un espacio donde el desacuerdo se convierte en oportunidad”, expresó ante un auditorio colmado. Sus palabras resonaron con fuerza en una época en que las divisiones sociales y políticas amenazan la convivencia.

Por su parte, Cristina Fuentes La Roche destacó el compromiso del encuentro con la inclusión, la educación y la descentralización cultural. “Es fundamental el festival. Es para jóvenes, para niños, para familias, para gente de Arequipa y del mundo. Lo bonito es esa congregación de públicos”, afirmó, sintetizando el espíritu democrático del evento.

Fuente: Entre Lineas
En paralelo, la programación del festival desplegaba una propuesta diversa y dinámica, fiel a su espíritu de cruzar disciplinas y abrir espacios para la reflexión. Desde sus primeras horas, el Hay Festival Arequipa 2025 demostró por qué se ha consolidado como el encuentro cultural más importante del sur del país: por su capacidad de reunir a voces distintas en una misma conversación, sin jerarquías y sin fronteras.

El viernes 7 de noviembre, las calles del centro histórico se llenaron de lectores que buscaban un lugar en la lectura continuada de El paraíso en la otra esquina, organizada como homenaje público a Vargas Llosa. Ainaí Morales lideró la actividad frente a la Calle Santa Catalina, en un acto simbólico que conectó a generaciones enteras con la obra del autor. En esos momentos, la literatura dejó de ser un objeto de estudio para convertirse en un acto de la comunidad.

Esa misma jornada continuó con distintos debates. En el Teatro Arequepay, Carlos Chávez y Esther Cruces conversaron con Edward Ybarra sobre los desafíos de la preservación cultural. Más tarde, en el Teatro Municipal, Roxana Barrantes, Luis Carranza y Pedro Francke discutieron una pregunta crucial para el país: ¿es posible que el libre mercado promueva la equidad social? El auditorio fue testigo de una conversación que abarcó temas sobre economía, ética y ciudadanía, en línea con la misión del Hay Festival de fomentar el pensamiento crítico.

Mientras tanto, en la Calle Santa Catalina, Fernando Zvietcovich presentó el Museo Inmersivo Itinerante, una experiencia sensorial que invitaba a recorrer la memoria del Perú a través de la luz, el sonido y la tecnología. Fue uno de los espacios más visitados, prueba de que la cultura puede renovarse sin perder su raíz. La noche cayó sobre Arequipa con una atmósfera vibrante, y las conversaciones se extendieron hasta los cafés del centro, donde los asistentes comentaban las charlas del día y esperaban las jornadas de los días siguientes.

El sábado 8 de noviembre, el festival alcanzó su punto más alto de actividad. Desde tempranas horas, la Alianza Francesa acogió el diálogo “¿Qué significa mirar?”, con Claire Bishop, Heiner Valdivia y Fernando Zvietcovich, un encuentro que combinó arte, filosofía y tecnología. En paralelo, los estudiantes de literatura de la PUCP participaron en un club de lectura dirigido por Ainaí Morales, María Gracia Ríos y Rosario Yori, reafirmando el papel del festival como espacio educativo y formativo.

Ese mismo día, el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga conversó en el Teatro Municipal sobre los misterios del cerebro humano, y más tarde regresó para hablar de inteligencia artificial junto a Laura G. de Rivera y Layla Hirsh. Ambas sesiones congregaron a un público joven, curioso por entender los dilemas éticos del conocimiento contemporáneo.

La tarde del sábado estuvo dedicada al público familiar con el taller de fanzine en la Plaza San Francisco, un gesto que amplió el alcance del festival hacia las calles y los espacios abiertos. Al caer la noche, la Alianza Francesa recibió a Andrés Barba, Michael Magee y Pilar Quintana, quienes exploraron lo oscuro en lo cotidiano, recordando que la literatura es también una forma de mirar la sombra humana. Cada palabra, cada aplauso, consolidaba a Arequipa como un epicentro del pensamiento iberoamericano.

El último día del festival, domingo 9 de noviembre, el homenaje a Vargas Llosa se trasladó a la Casa Tristán del Pozo, donde Alonso Cueto, Verónica Ramírez y Juan Gabriel Vásquez conversaron sobre la vigencia de su obra. Fue un cierre íntimo y conmovedor. Los asistentes escucharon en silencio, conscientes de que estaban participando en un momento que trascendía la anécdota literaria: era el reencuentro de una ciudad con su hijo más ilustre.

En simultáneo, otras actividades reforzaban el espíritu plural del evento. En el Centro Cultural Peruano Norteamericano, jóvenes como Tatiana Huamanraime y Fernanda Pacho compartieron escenario con economistas y académicos, en un espacio titulado “Ya toca escuchar a los jóvenes”. El mensaje era claro: la cultura no puede ser solo memoria, también debe ser futuro.

El Hay Festival Arequipa 2025 no fue solo un homenaje a Vargas Llosa o una serie de charlas académicas. Fue, sobre todo, una afirmación de lo que el Perú puede ser cuando dialoga, piensa y crea.

En Arequipa, el festival demostró que el pensamiento crítico, la memoria y la imaginación pueden construir futuro. Desde la obra inmortal de Mario Vargas Llosa hasta las voces jóvenes que comienzan a escribir su camino, el Hay Festival reafirmó que el Perú, mientras la palabra siga viva, también lo estará la esperanza de creer en el poder de la cultura para transformar.

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