Artículo de Opinión
Por: Nayely Kassandra Luque Yanqui
Suena fácil buscar culpables o responsabilizar a las personas que gobiernan nuestro país, de la plaga que abunda en el Perú, denominada CORRUPCIÓN, pareciera que los políticos corruptos se multiplicaran como bichos.
Elegir a los mismos candidatos, o los mismos partidos políticos, tratando de buscar “el mal menor” o “más vale malo conocido que bueno por conocer”, es responsabilidad del elector.
Por décadas, nos dejamos guiar por las apariencias, ojo, no digo que todos seamos iguales, pero la gran mayoría lo hace, o quedamos hipnotizamos por caras bonitas, estudios y títulos infundados, tesis que "no son plagio, son copia" como muchos cómicos aseguran y desvían la atención de la población, o cuando políticos aseguran que los aretes y joyas costosas que portan son de marca UNIQUE, al ser investigados por enriquecimiento ilícito
En campañas, el elector dice "este no dio fósforos" o "mejor apoyemos al otro candidato porque regaló pollos" frases que indignan, ante una población que ya ve estas dádivas como el pan de cada día.
Es fundamental conocer a nuestros candidatos y futuros gobernantes que dirigirán el país, leer sus hojas de vida, cuántas propiedades tienen o si alguna vez fueron investigados por cometer algún delito, para no repetir el caso del famoso gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima (a) “Waiky” fue sentenciado en el 2015, a 5 años de prisión efectiva por el delito contra la administración pública, en la modalidad de negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo, aun así la población de Ayacucho lo volvió a elegir como gobernador en las Elecciones Regionales y Municipales en octubre del 2022.
“La población no olvida” es una frase muy común, pareciera que sufrimos de amnesia al momento de elegir a un alcalde, gobernador o un presidente del Perú, olvidamos su pasado político y lo que hicieron, vivimos solo el presente, en el que nos llenan de “detalles” que en la práctica son “sobornos”.
Los políticos corruptos nos roban, colocan a sus familiares, amigos y allegados en cargos importantísimos. Nos quejamos en ese momento sobre sus promesas incumplidas, nos sentimos defraudados y queremos que se vayan del poder, ese mismo poder que nosotros –como electores- les otorgamos. Pero transcurren unas semanas, meses, años, y lo olvidamos.
Siempre va ser esencial mostrar nuestro desagrado por este tipo de personas que no piensan de manera colectiva que actúan para sus propios intereses y beneficios, pero ¿de quién es la culpa?
por siempre elegir a personas corruptas.
¡Elector! tu voto no vale un táper,
ni una caja de fósforos, mucho menos un lapicero que tarde o temprano se
acabará o dejarás de usar. ¡Elector tu voto vale un Perú!, piensa antes de
votar diferencia el poco de los regalos que recibes de los políticos y piensa
en las repercusiones, sobre todo en el futuro de tu país.
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