REPORTAJE
Por: David Flores Mendoza
“Bueno, creo que desde toda mi vida siempre he amado la literatura y es algo que me tiene atrapado desde muy pequeño.” Sebastián Pastor, joven escritor arequipeño de 21 años, comenzó su camino en la literatura desde muy chico, aunque su entorno familiar no era especialmente cercano a la lectura o la escritura. En su casa no había una biblioteca ni grandes referentes literarios, pero sí encontró en sus maestros del colegio una gran inspiración. Una profesora llamada Nora marcó un antes y un después en su vida, ella cerraba las ventanas del salón, apagaba las luces y narraba historias con voz envolvente, creando un ambiente mágico que lo atrapó profundamente.
Según la encuesta nacional de lectura, documento elaborado por el proyecto Perú Lee, del centro de recursos para el fomento del libro, la lectura y la escritura, revela que Arequipa ocupa el primer lugar con mayor población lectora del país, siendo los jóvenes de 18 a 29 años los más leídos. Para Sebastián, escribir es más una necesidad que una obligación “Uno va porque tiene más esta pasión, este cariño hacia la literatura, este cariño a las historias y cree que a través de las historias se puede transformar a las personas.” Comentaba Sebastián, hoy en día, ha publicado dos libros, Ángeles Caídos (escrito a los 15 años) y Enigma, una historia fantástica ambientada en una ciudad ficticia donde conviven humanos y criaturas oscuras. Para él, escribir no es una carrera profesional garantizada, sino una necesidad personal y artística.
“Bueno, creo que desde toda mi vida siempre he amado la literatura y es algo que me tiene atrapado desde muy pequeño.” Sebastián Pastor, joven escritor arequipeño de 21 años, comenzó su camino en la literatura desde muy chico, aunque su entorno familiar no era especialmente cercano a la lectura o la escritura. En su casa no había una biblioteca ni grandes referentes literarios, pero sí encontró en sus maestros del colegio una gran inspiración. Una profesora llamada Nora marcó un antes y un después en su vida, ella cerraba las ventanas del salón, apagaba las luces y narraba historias con voz envolvente, creando un ambiente mágico que lo atrapó profundamente.
Según la encuesta nacional de lectura, documento elaborado por el proyecto Perú Lee, del centro de recursos para el fomento del libro, la lectura y la escritura, revela que Arequipa ocupa el primer lugar con mayor población lectora del país, siendo los jóvenes de 18 a 29 años los más leídos. Para Sebastián, escribir es más una necesidad que una obligación “Uno va porque tiene más esta pasión, este cariño hacia la literatura, este cariño a las historias y cree que a través de las historias se puede transformar a las personas.” Comentaba Sebastián, hoy en día, ha publicado dos libros, Ángeles Caídos (escrito a los 15 años) y Enigma, una historia fantástica ambientada en una ciudad ficticia donde conviven humanos y criaturas oscuras. Para él, escribir no es una carrera profesional garantizada, sino una necesidad personal y artística.
Sarko Medina, presidente de la red de escritores de Arequipa, relata que la cuidad blanca está viviendo un momento interesante en cuanto a la escritura juvenil. Se ha generado un auge principalmente en poesía, con jóvenes mujeres como Emilia Justiniani, María Ballón, Mayra Alta y María Luisa Álvarez marcando una pauta importante, así como en la narrativa también destacan escritores como Sebastián Pastor y Gero Chupicaña. “Las nuevas generaciones van tomando su voz propia y van, no reemplazando, sino dando a conocer las nuevas formas que ellos ven, la narrativa, la poesía, inclusive la dramaturgia también, esto es bueno, esto es refrescante.” Según Medina, esta nueva generación no solo está escribiendo, sino que está encontrando su propia voz, ofreciendo un nuevo proceso refrescante para la literatura local.
A pesar del crecimiento de nuevos autores, uno de los grandes retos sigue siendo el poco énfasis que se da en el camino del escritor, para Medina es un “vía crucis” lleno de obstáculos. Siendo uno de los principales retos, la automotivación, ya que escribir es solo el primer paso, tiene que haber un proceso de corrección, edición, participación en concursos y profesionalización que puede llegar a ser agotador.
Sin embargo, Medina considera que hoy hay más oportunidades que antes gracias a editoriales independientes, librerías locales y espacios culturales que apuestan por nuevas voces. las escuelas y universidades al conocimiento de autores contemporáneos.
Los jóvenes escritores están ayudando a renovar la literatura arequipeña con nuevas formas de narrar, distintas a las tradicionales. No buscan repetir corrientes pasadas como la indigenista o la urbana, sino encontrar una voz propia, mezclando estilos y temáticas. Desde la Unsa, el Dr. Dante Callo Puno, director del Departamento Académico de Literatura y Lingüística, enfatiza “Hay varios criterios en este sentido, ¿no? Pero lo cierto es la praxis cotidiana, se aprende a escribir escribiendo” para Callo la base fundamental es la lectura. Sin embargo, reconoce el potencial creativo de los jóvenes arequipeños y el impacto positivo de iniciativas como festivales de poesía, concursos literarios y espacios digitales.
El Dr. Callo destaca que los jóvenes universitarios de Arequipa están mostrando un gran interés por la escritura creativa, más allá de la convencional o académica. A través de redes sociales, chats y plataformas digitales, los jóvenes escriben cada vez más, fomentando la lectura. En la UNSA, los estudiantes no solo presentan trabajos científicos, sino también poesía, relatos breves y ensayos literarios, evidenciando una producción diversa y rica. Esta tendencia, según Callo, refleja una nueva forma de expresión que une lo personal con lo intelectual.
“Si fomentamos el aspecto creativo en la producción de textos, en este caso, ensayos, monografías, trabajos científicos y también trabajos creativos, como concursos, por ejemplo, festivales de poesía, de cuento, de relato, yo creo que los estudiantes van a participar activamente.” El director del Departamento Académico, explica que la universidad no solo es un espacio de formación profesional, sino un centro de reflexión y crecimiento humano. A través del curso obligatorio de “Lingüística, Comprensión y Redacción Académica”, presente en todas las carreras, se brinda a los estudiantes las herramientas necesarias para mejorar su capacidad escrita.
Este curso no solo busca enseñar técnicas, sino también desarrollar competencias comunicativas que les permitan expresarse mejor en cualquier contexto, ya sea científico, literario o cotidiano. Sin embargo, reconoce que muchos jóvenes enfrentan dificultades como la falta de lecturas esenciales y problemas de comprensión lectora. Esto afecta la coherencia, cohesión y adecuación textual de sus producciones. Por eso, enfatiza en la necesidad de fortalecer estas habilidades desde niveles educativos tempranos.
En medio de un mundo cada vez más acelerado, donde todo parece tener que ser inmediato y efímero, escribir se convierte en un acto de paciencia, de resistencia y de profunda conexión consigo mismo y con los demás. Para los jóvenes escritores de Arequipa, la literatura no solo es una forma de expresión, sino también una herramienta para explorar el pensamiento, imaginar nuevas realidades y dejar una huella en el tiempo.
A pesar del crecimiento de nuevos autores, uno de los grandes retos sigue siendo el poco énfasis que se da en el camino del escritor, para Medina es un “vía crucis” lleno de obstáculos. Siendo uno de los principales retos, la automotivación, ya que escribir es solo el primer paso, tiene que haber un proceso de corrección, edición, participación en concursos y profesionalización que puede llegar a ser agotador.
Sin embargo, Medina considera que hoy hay más oportunidades que antes gracias a editoriales independientes, librerías locales y espacios culturales que apuestan por nuevas voces. las escuelas y universidades al conocimiento de autores contemporáneos.
Los jóvenes escritores están ayudando a renovar la literatura arequipeña con nuevas formas de narrar, distintas a las tradicionales. No buscan repetir corrientes pasadas como la indigenista o la urbana, sino encontrar una voz propia, mezclando estilos y temáticas. Desde la Unsa, el Dr. Dante Callo Puno, director del Departamento Académico de Literatura y Lingüística, enfatiza “Hay varios criterios en este sentido, ¿no? Pero lo cierto es la praxis cotidiana, se aprende a escribir escribiendo” para Callo la base fundamental es la lectura. Sin embargo, reconoce el potencial creativo de los jóvenes arequipeños y el impacto positivo de iniciativas como festivales de poesía, concursos literarios y espacios digitales.
El Dr. Callo destaca que los jóvenes universitarios de Arequipa están mostrando un gran interés por la escritura creativa, más allá de la convencional o académica. A través de redes sociales, chats y plataformas digitales, los jóvenes escriben cada vez más, fomentando la lectura. En la UNSA, los estudiantes no solo presentan trabajos científicos, sino también poesía, relatos breves y ensayos literarios, evidenciando una producción diversa y rica. Esta tendencia, según Callo, refleja una nueva forma de expresión que une lo personal con lo intelectual.
“Si fomentamos el aspecto creativo en la producción de textos, en este caso, ensayos, monografías, trabajos científicos y también trabajos creativos, como concursos, por ejemplo, festivales de poesía, de cuento, de relato, yo creo que los estudiantes van a participar activamente.” El director del Departamento Académico, explica que la universidad no solo es un espacio de formación profesional, sino un centro de reflexión y crecimiento humano. A través del curso obligatorio de “Lingüística, Comprensión y Redacción Académica”, presente en todas las carreras, se brinda a los estudiantes las herramientas necesarias para mejorar su capacidad escrita.
Este curso no solo busca enseñar técnicas, sino también desarrollar competencias comunicativas que les permitan expresarse mejor en cualquier contexto, ya sea científico, literario o cotidiano. Sin embargo, reconoce que muchos jóvenes enfrentan dificultades como la falta de lecturas esenciales y problemas de comprensión lectora. Esto afecta la coherencia, cohesión y adecuación textual de sus producciones. Por eso, enfatiza en la necesidad de fortalecer estas habilidades desde niveles educativos tempranos.
En medio de un mundo cada vez más acelerado, donde todo parece tener que ser inmediato y efímero, escribir se convierte en un acto de paciencia, de resistencia y de profunda conexión consigo mismo y con los demás. Para los jóvenes escritores de Arequipa, la literatura no solo es una forma de expresión, sino también una herramienta para explorar el pensamiento, imaginar nuevas realidades y dejar una huella en el tiempo.
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