ARTICULO DE OPINIÓN
Por: Oneida Chayña López
Aún no amanece en Yanahuara y ya hay más de treinta personas haciendo fila frente al hospital de EsSalud. Son adultos mayores, algunos con bastones, otros sostenidos por hijos o nietos. Llegaron desde las seis de la mañana, con la esperanza de recibir sus medicamentos, esos que sostienen su salud y su rutina. Pero una hoja mal impresa, pegada en la puerta con cinta, anuncia un contratiempo: “Hoy no hay atención por inventario”. Ninguna otra explicación. Ninguna disculpa. Solo espera.
Esta no es una historia excepcional, es una escena repetida en hospitales del país. Los pacientes —muchos de ellos con décadas de trabajo y aportes— son tratados como si su tiempo valiera menos, como si su salud pudiera esperar indefinidamente. ¿Desde cuándo la eficiencia administrativa tiene más valor que la dignidad humana?
La salud, aunque reconocida como un derecho, se ha convertido en un privilegio desigual. Ver a los pacientes enfrentarse a la madrugada Arequipeña, envueltos en frazadas o en silencio resignado, duele. No solo por el frío, sino porque en cada rostro hay una misma pregunta sin respuesta: ¿por qué tengo que mendigar lo que me corresponde?
Este problema no es exclusivo de Arequipa. En abril de este año, en el hospital María Auxiliadora de Lima, una madre denunció haber dormido durante tres noches en el patio del nosocomio para conseguir una cama UCI para su hijo. Casos así se replican en Puno, Trujillo, Iquitos. Mientras tanto, informes oficiales evidencian falta de medicamentos, equipos en mal estado, y una burocracia que parece ciega a la urgencia del paciente.
La indignación no basta. La salud pública en el Perú está fracturada, no por falta de dinero, sino por décadas de mala gestión. Nos corresponde como ciudadanos ejercer presión, exigir rendición de cuentas y, sobre todo, votar con conciencia. Porque cada elección define si seguiremos formando parte de esta cadena de esperas, excusas y abandono... o si, de una vez por todas, comenzamos a curar las heridas de un sistema enfermo.
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