miércoles, 11 de diciembre de 2024

TAXISTA CON DISCAPACIDAD ARRIESGA SU VIDA PARA ENTREGAR A SU AGRESOR. QUIEN ES LIBERADO

CRÓNICA PERIODÍSTICA

Por: Nayely Kassandra Luque Yanqui

En la madrugada del sábado 7 de diciembre, Grimaldo Rodríguez Rojas, un taxista con discapacidad para caminar, vivió una pesadilla que marcaría su vida. Mientras conducía por la avenida Dolores, en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero, un grupo de tres personas abordó su taxi, pidiendo ser llevados a una discoteca ubicada a unas cinco cuadras de distancia. Nada parecía fuera de lo común, pero a medida que avanzaba el trayecto, el comportamiento de los pasajeros comenzó a tornarse extraño. Uno de ellos, quien se sentó en el asiento del copiloto, cambió su posición dándole la espalda. Tres cuadras después, los pasajeros pidieron al taxista que se detuviera.

Cuando Grimaldo detuvo el vehículo, notó que su dinero, que había guardado en la caja ubicada entre los asientos, había desaparecido. Al buscar en el interior del vehículo, descubrió que los 172 soles que llevaba para cubrir sus gastos del día habían sido robados. Molesto, comenzó a reclamarle al pasajero que se encontraba en el asiento del copiloto. Sin embargo, la respuesta fue brutal. El hombre, sin previo aviso, sacó un cuchillo de su zapato y lo apuñaló en el brazo y el pecho, provocándole heridas graves que comprometieron su salud. A pesar del ataque, Grimaldo, se armó de valor y no cedió a la violencia del agresor. Logró evitar que el atacante huyera y, a pesar de sus heridas, continuó conduciendo hasta la comisaría de José Luis Bustamante y Rivero, donde entregó al agresor a la Policía.

El taxista fue rápidamente trasladado al hospital Honorio Delgado Espinoza para recibir atención médica de urgencia. Mientras se encontraba en recuperación, Grimaldo se enteró con asombro y profundo malestar que su agresor había sido liberado al día siguiente. "Me siento indignado, porque esta persona me pudo matar. No sé qué consideró la fiscalía para dejarlo libre", expresó con dolor el conductor, quien había arriesgado su vida para entregar al criminal a las autoridades.

Desde 2017, Grimaldo Rodríguez depende exclusivamente de su trabajo como taxista para mantener a su familia, debido a su discapacidad para caminar. Sin embargo, tras el violento ataque que sufrió, quedó incapaz de trabajar debido a sus graves heridas. Sin duda, la decisión de la fiscalía desató una ola de críticas, ¿Cómo es posible que hayan dejado al agresor? ¿Las heridas que le hizo a Grimaldo no fueron suficientes para ser objeto de prueba? Este caso también pone en evidencia la fragilidad del sistema judicial en la protección de las víctimas de delitos violentos.

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