ARTÍCULO DE OPINIÓN
Escribe: Guillermo Miranda Choque
Celebrando la XII Fiesta Juvenil de la Fe, este 31 de octubre se realizará la peregrinación de una importante cantidad de jóvenes al santuario de Chapi. Siendo una actividad religiosa que demanda espiritualidad y seriedad, la ida y el retorno tampoco deben ser tomados a la ligera, al menos no en un trayecto donde falleció una persona y otra que no es encontrada hasta la fecha.
Ha pasado un año y medio desde que Milton Lerma Bustinza fue reportado como desaparecido luego de iniciar su retorno del santuario la tarde del 30 de abril del 2023. El sendero por aquel entonces no contaba con la debida señalización, ya que recién estas obras habían comenzado en las fechas adyacentes a la fiesta central del 1 de mayo, no llegando a cubrirse todo el trayecto con ello.
Recordemos que de acuerdo a su esposa, Lola Vargas lo último que se supo al respecto fue que Lerma Bustinza decidió emprender el camino de regreso a pie luego de una misa, mientras ella, su hijo y su nieto permanecían en el santuario. Aunque él conocía la ruta, no volvió, lo que llevó a su familia a denunciar la desaparición dos días después.
Con gran preocupación de parte de su familia, las búsquedas durante los primeros días de la desaparición fueron respaldadas con el despliegue de agentes policiales, personal del ejército e incluso los servicios del rescatista Eloy Cacya, pero la suma de estos esfuerzos no consiguió dar con el rastro de Milton. La reanudación de la búsqueda aún quedó pendiente para este 2024, lo cual no ha dejado de preocupar a los allegados del desaparecido.
Recordemos que esta no es la primera vez que un peregrino quedó extraviado en esta ruta, hace once años el joven universitario Olivier Toledo, también fue reportado como desaparecido, encontrándose sus restos tras once días de búsqueda. Al parecer no fue suficiente con este antecedente para hacer algo al respecto, la desaparición de Milton y el dolor de su familia pudieron haberse evitado.
Pese a estos riesgos, tampoco se debe dejar de lado el cuidado que demanda la peregrinación, la muerte de Isaac Villegas Díaz se dio de esta manera durante el 2014 , mientras descendía de uno de los cerros aledaños al santuario, perdiendo el equilibrio y cayendo a un barranco de ocho metros, donde el socorro de los equipos de ayuda no pudo hacer nada para evitar su deceso.
Ello también nos debe hacer más conscientes y responsables con las decisiones y precauciones que tomamos. No alejarse del camino ni buscar rodeos si no se cuenta con la experiencia de ello, o en última instancia contratar guías. También en nuestras manos depende prevenir futuros incidentes como este, recordemos que esto no es solo competencia de nuestras autoridades, sino de cada uno de nosotros.
A un año y medio de la desaparición, muchos ya parecen haber olvidado lo ocurrido, como si de un tema coyuntural para saciar la lectura se tratara. Las personas, muchas de las cuales seguramente volverán durante las próximas peregrinaciones, habrán olvidado de las prevenciones necesarias y de lo ocurrido con Milton, menos su familia, quienes aún no encuentran explicación de lo sucedido preguntándose ¿qué pasó con él?.
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