Artículo de Opinión
Por: Lucero Nayeli Paredes Cornejo
En Arequipa donde la actividad sísmica y la amenaza de desastres naturales son una constante, la situación se vuelve alarmante al observar la falta de compromiso de gran parte de la población con los simulacros de emergencia. Si bien en los colegios, instituciones y universidades este evento preventivo se realiza obligatoriamente, es desolador observar cómo muchas personas que se encuentran en sus hogares o transitando por las calles ignoran estas prácticas preventivas, esta apatía no solo es preocupante sino también peligrosa.
Es imprescindible que la ciudadanía entienda la importancia de estar preparados ante sismos y otros peligros asociados. Los simulacros son ensayos que permiten simular escenarios reales de emergencia, facilitando la identificación de qué hacer cuando la situación lo requiera, algunas de las ventajas de participar activamente en estos simulacros incluyen la posibilidad de comprobar con anticipación si las acciones preparadas son eficientes; sin embargo, para que estos beneficios se materialicen es indispensable que todos, sin excepción, se involucren de manera seria y comprometida.
La preparación ante sismos y otros peligros asociados no es responsabilidad exclusiva de las instituciones educativas y gubernamentales. En casa, cada familia debería tener una mochila de emergencia lista, un plan familiar que identifique las zonas de riesgo y las seguras, así como roles específicos para cada miembro. Nuestra seguridad depende de nosotros mismos y actuar con seriedad, aprender cada una de las etapas de un simulacro es esencial. No se trata de un juego sino de la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia.
A nivel nacional, la región sur del Perú experimenta un mayor número de sismos en comparación con otras, los sismos en Arequipa provienen de hasta cuatro fuentes generadoras: la convergencia entre las placas de Nazca y Sudamericana, la formación y reactivación de fallas tectónicas, la deformación interna de la placa de Nazca y los sismos de origen volcánico. Estas fuentes son un claro indicativo que la población arequipeña está expuesta a un rango amplio de posibles eventos sísmicos, algunos de los cuales pueden ser de gran magnitud.
Es de suma importancia tomar conciencia, adoptando una actitud proactiva y responsable cuando se realicen los simulacros, porque permiten mejorar la preparación individual y colectiva y su eficacia depende de la participación comprometida de todos. No podemos darnos el lujo de ser indiferentes ante una amenaza que es constante y potencialmente devastadora.
La seguridad y el bienestar de nuestra comunidad están en nuestras manos, participar activamente en los simulacros de emergencia es una obligación que debemos asumir con seriedad, por eso la próxima vez que escuchemos la alarma de un simulacro recordemos que cada segundo cuenta y que nuestra preparación hoy, puede salvar vidas mañana.
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