CRÓNICA
Por: Oneida Chayña López
En un aula de computación de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), una escena poco común se repite cada semana: adultos mayores, de manos temblorosas pero decididas, aprenden a encender una computadora, a navegar por internet, a usar un celular con soltura. No buscan un título ni competir por un ascenso. Buscan algo más profundo: reconectarse con el mundo.Con el objetivo de reducir la brecha digital y fomentar la inclusión tecnológica, la UNSA ha abierto una nueva convocatoria para su curso gratuito de Alfabetización Digital, dirigido a personas mayores de 60 años. El programa, que se dicta tanto de manera presencial como virtual, ofrece formación básica en informática y uso de dispositivos móviles, con un enfoque adaptado a las capacidades y el ritmo de sus participantes.
“Muchos llegan sin saber cómo prender una laptop. Pero salen enviando correos, usando WhatsApp y navegando por Google con confianza”, relata la Dra. Sonia Mercedes Neves Murillo, jefa de la Oficina Universitaria de Responsabilidad Social, promotora de la iniciativa. Las clases, asegura, no solo brindan herramientas técnicas, sino también autoestima. “Vuelven a sentirse útiles, activos, conectados”, enfatiza.
La experiencia se nutre de un componente humano clave: el voluntariado joven. Estudiantes de diversas escuelas profesionales, bajo la coordinación del Lic. Roger Cáceres —especialista en comunicación social—, asumen el rol de instructores en la modalidad virtual. En paralelo, facultades de la UNSA ceden sus laboratorios de cómputo para las sesiones presenciales, creando una red de apoyo intergeneracional que fortalece el espíritu del programa.
En 2023, cerca de 250 adultos mayores participaron en los cursos, y la tasa de deserción fue mínima. “Solo dejan por temas de salud o responsabilidades familiares. La mayoría culmina con entusiasmo, con ganas de seguir aprendiendo”, cuenta la Dra. Neves. Para muchos, este curso representa no solo un espacio de aprendizaje, sino también de encuentro, de recuperación de la confianza frente a un mundo que cambia a velocidades vertiginosas.
En 2025, se espera alcanzar a 200 nuevos beneficiarios. Y aunque muchos inician desde cero —en el nivel elemental 0—, varios logran avanzar al nivel 1 e incluso regresar como oyentes para reforzar sus conocimientos. Las clases incluyen desde el uso básico del mouse hasta el manejo de celulares, redes sociales y aplicaciones útiles para la vida cotidiana.
Al final del curso, la entrega de certificados no es un mero formalismo. Es un símbolo. Un reconocimiento al esfuerzo, a la constancia, y sobre todo, a la valentía de quienes se atreven a aprender en una etapa donde otros solo esperan.
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