sábado, 28 de septiembre de 2024

LA UNIVERSIADA 2024: UN ENCUENTRO DE TALENTO Y CAMARADERÍA EN AREQUIPA

CRÓNICA
Por: María Guadalupe Huayta Vilcapaza


El aire estaba impregnado de emoción y expectación el día de la inauguración de la Universiada 2024. En el Estadio de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa, se daba inicio a un evento que, durante dos semanas, reuniría a jóvenes talentos de diversas universidades nacionales en una celebración del deporte y la camaradería. La atmósfera era eléctrica, con miles de asistentes ansiosos por ser testigos de la ceremonia que marcaría el inicio de las competencias.


Desde temprano, el estadio se fue llenando con estudiantes, familias y entusiastas del deporte. Las gradas, adornadas con los colores de cada universidad participante, eran un mar vibrante de banderas y pancartas. Los cánticos y vítores resonaban, creando una sinfonía de entusiasmo que anticipaba lo que estaba por venir. Era un día significativo no solo para Arequipa, sino para todo el país, ya que este año le tocaba a la UNSA ser la sede de estos importantes juegos.

A medida que se acercaba la hora de la inauguración, las delegaciones comenzaron a desfilar. Cada equipo, vestido con sus uniformes distintivos, desfiló por la pista del estadio, recibiendo aplausos y vítores de los asistentes. La diversidad cultural de Perú se hacía evidente; cada universidad, con su singularidad, traía consigo un trozo de su identidad. El orgullo de los jóvenes atletas era palpable, reflejado en sus sonrisas y miradas determinadas.

La Universidad de Lima, la Pontificia Universidad Católica del Perú, y muchas más, se unieron en un mismo propósito: demostrar su destreza y capacidad en el ámbito deportivo. Sin embargo, más allá de la competencia, lo que se sentía era un espíritu de unidad y fraternidad. En medio de la rivalidad, cada atleta representaba no solo a su institución, sino a un colectivo que aspiraba a un mismo sueño.

La ceremonia de inauguración no se limitó a la llegada de las delegaciones; fue un espectáculo en sí mismo. Una variedad de presentaciones artísticas animó el ambiente. El Ballet Folklorico de laa UNSA se apodero del escenario, mostrando la riqueza cultural de nuestra ciudad. Las melodías de los instrumentos tradicionales llenaron el aire, y la energía de los bailarines contagiaba a todos los presentes.

El clímax de la ceremonia llegó con el encendido de la antorcha. Una atleta destacada de la UNSA, que ha representado a nuestra universidad, fue la encargada de encenderla. Con una antorcha en mano, corrió por la pista, seguido de un mar de luces y aplausos. Cuando la llama comenzó a arder, un fervoroso grito de alegría llenó el estadio. Era el símbolo de la unión de todas las universidades y de la pasión que cada atleta llevaba en su interior.

La inauguración también contó con discursos emotivos. El rector de la UNSA, Dr. Hugo Rojas Flores, se dirigió a los asistentes, destacando la importancia de la actividad física en la vida de los jóvenes y el compromiso de la universidad con el desarrollo integral de sus estudiantes. “La Universiada no solo es una competencia; es un espacio para aprender, crecer y compartir”, dijo con entusiasmo. Sus palabras resonaron con fuerza, recordando a todos que el verdadero triunfo no reside únicamente en las medallas, sino en la experiencia vivida y las amistades forjadas.


La presencia de autoridades deportivas también marcó el evento. El presidente del FEDUP enfatizó la importancia del deporte como herramienta de desarrollo personal y social, motivando a los jóvenes a perseverar y dar lo mejor de sí en cada competencia.

Tras la ceremonia, el ambiente en el estadio se transformó. La energía festiva se mezcló con la expectativa de la competencia que estaba por comenzar. Las gradas vibraban con gritos de aliento, y cada universidad parecía tener su propio núcleo de apoyo animando incansablemente a sus representantes. Las primeras competencias se realizarían al día siguiente, y los atletas se preparaban mentalmente para enfrentar el desafío.

Durante las siguientes semanas, varios estadios de Arequipa y lugares de nuestra universidad, se convertiría en el epicentro del deporte universitario. Las disciplinas variaban desde atletismo y natación hasta voleibol y baloncesto. Los atletas estarían compitiendo no solo por la gloria personal, sino también por el honor de sus respectivas instituciones.

La inauguración de la Universiada 2024 fue un evento inolvidable, uniendo a universidades de todo el Perú en un solo lugar y creando un ambiente de camaradería y espíritu deportivo. Arequipa, como sede, no solo albergó a miles de estudiantes, sino que también se posicionó como un punto de encuentro para el talento y la pasión por el deporte.

Mientras el encendido de la antorcha aún iluminaba el estadio, se podía sentir que esta universiada dejaría una huella en la memoria de todos los asistentes. No solo sería recordada por las competencias y las victorias, sino por el espíritu de unidad, respeto y amistad que caracterizó a cada jornada.

Las próximas semanas estarían llenas de desafíos, triunfos y, sobre todo, experiencias que fortalecerían no solo a los atletas, sino a toda una generación de jóvenes comprometidos con el deporte y la excelencia. Con el eco de la ceremonia aún resonando en mis oídos, supe que la Universiada 2024 sería mucho más que una competencia: sería un legado de perseverancia, esfuerzo y camaradería para todos.

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