ARTÍCULO DE OPINIÓN
Por: María Guadalupe Huaita Vilcapaza
Halloween, con sus calabazas talladas, disfraces coloridos y golosinas, ha evolucionado de una tradición celta a una festividad global que ha conquistado el corazón de muchos países fuera de Estados Unidos. Aunque sus raíces se encuentran en el antiguo festival de Samhain, en el que se celebraba la cosecha y se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la tierra, hoy en día Halloween ha tomado una forma muy distinta. La pregunta que surge es: ¿es Halloween simplemente una cultura importada o se ha transformado en una festividad creativa que refleja la adaptación y la diversidad cultural?
La globalización ha permitido que las tradiciones se
difundan y se transformen. En países como México, Halloween ha sido absorbido
en la celebración del Día de Muertos, una festividad profundamente arraigada en
la cultura mexicana que honra a los muertos con altares decorados y ofrendas.
Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la
celebración del Día de Muertos ha ido ganando popularidad, y muchos jóvenes
ahora combinan elementos de Halloween, como el uso de disfraces y la práctica
de pedir dulces, con las tradiciones de su cultura. Este fenómeno sugiere que,
lejos de ser una simple copia de una costumbre extranjera, Halloween se adapta
y se enriquece a través de la cultura local.
En países europeos como España, Halloween ha cobrado fuerza
en las últimas décadas, a menudo superando a las tradiciones locales. La
celebración ha sido criticada por algunos que consideran que se trata de una
mera comercialización de la festividad. Sin embargo, en ciudades como Barcelona
y Madrid, Halloween ha permitido la creación de eventos artísticos y
comunitarios que celebran la creatividad. De acuerdo con un informe de Cultura
de España, muchas instituciones culturales han comenzado a organizar
actividades en torno a Halloween, promoviendo tanto el arte como la
participación comunitaria, lo que demuestra cómo la festividad puede
convertirse en un vehículo de expresión creativa.
La influencia de las redes sociales también ha jugado un
papel importante en la expansión y la transformación de Halloween. En
plataformas como Instagram y TikTok, la creatividad se ha vuelto central, con
usuarios compartiendo tutoriales de disfraces elaborados y decoraciones impresionantes.
Esta interactividad ha permitido que Halloween no solo sea una festividad para
participar, sino un espacio donde la autoexpresión y la innovación se celebran.
Un estudio de Pew Research Center indica que la participación en plataformas de
redes sociales está directamente relacionada con la adopción de tendencias
culturales, lo que sugiere que Halloween ha llegado para quedarse, adaptándose
a las particularidades de cada región.
Sin embargo, es importante abordar la celebración de Halloween con sensibilidad cultural. A medida que esta festividad se difunde, es fundamental que las comunidades reconozcan y respeten las tradiciones locales. La apropiación cultural es un riesgo, especialmente cuando las celebraciones extranjeras eclipsan las prácticas autóctonas. Un enfoque equilibrado puede permitir que Halloween se convierta en un espacio de intercambio cultural, donde las tradiciones pueden coexistir y enriquecerse mutuamente.
Halloween puede ser considerado tanto una cultura importada
como una festividad creativa que refleja la adaptación de las comunidades en
todo el mundo. A través de la mezcla de tradiciones y la innovación, Halloween
se transforma en una celebración que invita a la participación y la expresión
individual. Al celebrar Halloween, no solo honramos la tradición que nos llega
de otras culturas, sino que también tenemos la oportunidad de reimaginarla y
hacerla nuestra, creando una festividad que trasciende fronteras y conecta a
las personas a través de la creatividad y la diversión.
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