ARTÍCULO DE OPINIÓN
Por: María Guadalupe Huaita Vilcapaza
Las artes escénicas fomentan la creatividad, la
autoexpresión y la confianza en uno mismo. Según un estudio del Centro Nacional
para la Educación Estadounidense, los estudiantes involucrados en actividades artísticas
muestran niveles más altos de motivación y autoestima, además de un mejor
rendimiento académico en general. Esta conexión entre la participación en las
artes y el éxito académico sugiere que las artes no son solo un lujo, sino una
necesidad para el desarrollo personal y académico de los jóvenes.
Además, las artes escénicas promueven habilidades
interpersonales y el trabajo en equipo. En un entorno teatral, por ejemplo, los
jóvenes aprenden a colaborar, a comunicarse efectivamente y a entender diferentes
perspectivas, lo que les prepara para el trabajo en equipo en cualquier campo
que elijan. Un estudio de The Arts Education Partnership indica que los
estudiantes que participan en teatro y otras actividades artísticas tienen una
mayor capacidad para resolver conflictos y colaborar con sus compañeros,
habilidades esenciales en el mundo laboral actual.
Otro aspecto crucial es la capacidad de las artes escénicas
para abordar temas sociales y emocionales. Las producciones teatrales y las
obras de danza a menudo abordan temas relevantes como la identidad, la
diversidad y la justicia social, permitiendo a los jóvenes explorar y
reflexionar sobre su entorno. Este tipo de reflexión es vital para el
desarrollo de una conciencia crítica y una ciudadanía comprometida. Según el
informe de la Asociación Nacional de Escuelas de Teatro, la educación en artes
escénicas ayuda a los jóvenes a desarrollar empatía, ya que les permite ponerse
en el lugar de otros y comprender realidades diferentes a las suyas.
Sin embargo, a pesar de estos beneficios, las artes escénicas a menudo se ven relegadas a un segundo plano en el sistema educativo, considerado un "extra" en lugar de una parte integral del currículo. En muchos distritos escolares, los programas de artes están en peligro debido a recortes de presupuesto, lo que limita las oportunidades para que los estudiantes participen en estas actividades. Es fundamental que los educadores y las políticas educativas reconozcan la importancia de las artes en el desarrollo integral de los jóvenes y busquen formas de incorporarlas de manera efectiva en el currículo.
Las artes escénicas deben ser consideradas una parte
esencial de la educación de los jóvenes. No solo fomentan la creatividad y la
autoexpresión, sino que también desarrollan habilidades interpersonales y una
conciencia social crítica. Al integrar las artes escénicas en el currículo
educativo, no solo estamos formando estudiantes más completos, sino también
ciudadanos más comprometidos y empáticos. La educación debe ser un proceso
holístico que prepare a los jóvenes no solo para enfrentar los desafíos
académicos, sino también para comprender y navegar el mundo complejo en el que
viven.
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