martes, 16 de julio de 2024

MERCANTILISTAS VS CAVIARES: ¿EL FIN DE LA DEMOCRACIA?

Artículo de Opinión
Por Christian Ccahua Suni




La democracia en el Perú pasa por una decadencia depresiva a una velocidad que no se puede saber con certeza cuándo parará. Los peruanos no creen que exista una correcta independencia de las instituciones más importantes: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. La encuestadora CPI encontró que un 43.3% de los consultados indica que no existe una separación de poderes, ya que uno de ellos ejerce más control sobre otro. El primero en la lista es el Congreso, seguido del Ejecutivo y el Judicial.

El politólogo Gonzalo Banda mantiene la idea de que, más allá de la crisis política, “no existe un proyecto colectivo que sea mayor que la política de las guerrillas que ha desatado una lucha visceral por el control de las instituciones”. Su idea no está alejada de la realidad.

Lo que ocurre en la democracia peruana es que, tal cual dice Gonzalo Banda, existe una guerrilla de políticos que quieren controlar el poder total. ¿Y quiénes son los que pelean por el control? Los mercantilistas vs. caviares. El primero se conoce por sus intenciones tal cual un lobo hambriento y sediento de poder, mientras que el segundo es un lobo disfrazado de oveja con la carita de "yo no fui", que también está ansioso por controlarlo todo.

Aldo Mariátegui decía que los caviares son los que han tenido el control de las instituciones más importantes desde el gobierno de Alberto Fujimori. Escondían las atrocidades de políticos para que no se notara que cometieron corrupción desde el Poder Judicial y medios de comunicación. A lo cual, el prófugo y líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, coincide. Según el comunista, la izquierda caviar quería tener el control de la presidencia del Consejo de Ministros, encabezado por Verónica Mendoza, en el gobierno de Pedro Castillo para beneficiar a las ONGs por consultorías. Al momento que negaron su participación, fue el comienzo de la decadencia del presidente Castillo.

Ya la izquierda caviar fuera del juego en el Poder Ejecutivo con la asunción de la presidenta Dina Boluarte, en el parlamento la facción mercantilista comenzaba con la misión de controlar varias instituciones del Estado que no podían controlar con la presencia de los caviares en ellas, como el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo. Al momento en que el periodo de sus titulares terminó, los mercantilistas comenzaron con la operación atrapa todo, pero no tenían los votos suficientes para hacerlo y su único aliado quedaban los congresistas de Perú Libre para poder conseguirlo. Vladimir Cerrón manifestó en una entrevista para el medio Página12 que: “Podemos coincidir con el fujimorismo y con otros, pero con la izquierda caviar no, ellos son nuestro enemigo principal”.

En política siempre están las negociaciones para ceder en proyectos para intereses partidarios o individuales. Uno de ellos es que se haya aprobado el regreso de la Bicameralidad, la eliminación de las elecciones primarias, la elección de miembros del Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo. Ahora van por la Junta Nacional de Justicia, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Jurado Nacional de Elecciones.

Por algo la facción mercantilista, una parte de ellos, se les conoce como el fujicerronismo por las coincidencias que tienen y los propósitos de querer limpiar a sus líderes comprometidos con la justicia. Desde el parlamento, se pretende controlar las demás instituciones sin tener una contraparte. Ni la presidenta Dina Boluarte puede hacer absolutamente nada y se mantiene sumisa a lo que digan los congresistas, ya que de ellos depende si su gobierno culmina o no.

Esta situación política coincide con la percepción creciente de los peruanos en la CPI de que no hay una correcta independencia de poderes, pues el Congreso es el que manda todo. La guerra de los mercantilistas y caviares por el control total continuará por los siguientes años, lamentablemente. Por las cámaras se verá que se pelean, pero fuera de ellas coinciden en ser la casta política en beneficiarse a sí mismos. Y no, no hay proyecto político para el progreso en el horizonte… y ay, la democracia seguirá muriendo.


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