Crónica
Por: Nayely Kassandra Luque Yanqui
Los habitantes de la provincia de Islay, en Arequipa, enfrentan una situación alarmante debido a la reciente contaminación del río Tambo que adquirió una coloración amarillenta. Como resultado, los residentes de Cocachacra optaron por comprar agua embotellada, pues ya no confiaban en la potabilidad del afluente. En primera instancia esto fue alertado por el alcalde de Quinistaquillas, Merlin Caytano Baldárrago, quien observó esta alteración en el afluente el pasado 13 de julio.
Después de esto, el alcalde del distrito de Cocachacra, Abel Suárez Ramos, alertó a la población a través de los medios de comunicación, explicando que en su domicilio realizaron diversas pruebas, como hervir el agua, pero aún así las paredes de los recipientes quedaron marcadas con un tono amarillento. Por lo tanto, afirmó que Sedapar no puede asegurar la potabilidad y adecuación del agua para el consumo humano. El río, principal fuente de riego para los cultivos de cientos de habitantes que dependen de él, se ha visto gravemente afectado, al igual que los animales que se hidratan de él.
La contaminación tuvo graves repercusiones para los habitantes, quienes no estaban al tanto de la situación y siguieron con sus vidas cotidianas. Sin saberlo, esta situación generó problemas significativos, especialmente para sus hijos. Padres del distrito de La Curva, en la provincia de Islay, informaron que sus menores tienen niveles peligrosamente altos de arsénico en la sangre, una sustancia tóxica que puede causar decoloración de la piel, intensos dolores de cabeza y estómago, así como la presencia de sangre en la orina, entre otros síntomas graves.
Después de que se hicieron públicos estos problemas, Suarez anunció que el lunes 15 de julio se llevaría a cabo una reunión entre los alcaldes de Islay para supervisar el cumplimiento de los compromisos hechos por la comitiva de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), encabezada por el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, que visitó el distrito de Quinistaquillas en la región de Moquegua, pues esta no sería la primera vez que se denuncia la contaminación del afluente, el principal infractor como señalan, sería la minería de Aruntani.
En la reunión entre los alcaldes de Islay y los representantes de Sedapar, se llegó a un acuerdo para pedir a la presidenta Dina Boluarte que declare emergencia en las áreas afectadas, esperando que esta declaración permita el cierre permanente de la mina Aruntani y la realización de trabajos de restauración ambiental.
El acuerdo alcanzado en la reunión entre las autoridades arequipeñas y los miembros del Consejo de Ministros establece que el próximo 24 de julio se debería aprobar el Estado de Emergencia para todos los distritos afectados por la contaminación de los ríos Tambo y Coalaque.
Mientras tanto, los habitantes de Islay permanecerán en espera, con la esperanza de que situaciones como la presencia de arsénico en la sangre de los niños no se repitan, y que sus cultivos, fundamental fuente de sustento, no sufran más daños.
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