sábado, 2 de noviembre de 2024

JAMES WEBB Y UN OCÉANO DE MISTERIOS

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Escribe: Guillermo Miranda Choque


 

 

 

Casi a tres años de su lanzamiento, el telescopio espacial James Webb no ha dejado de asombrar nuestro entendimiento del cosmos. Gracias a su avanzada tecnología infrarroja, este telescopio viene revelando los misterios y dinámicas que integran el universo. Recientemente este instrumento pudo captar el encuentro entre las denominadas “galaxias sangrientas” NGC 2207 e IC 2163, dado a conocer durante este 31 de Octubre, como si Halloween en el espacio se celebrara.

Uno de los descubrimientos más desconcertantes del Webb ha sido el de una galaxia masiva y más antigua que nuestra Vía Láctea, que según se indicó, esta fue conformada sin la presencia de materia oscura, rompiendo las teorías clásicas que sostenían que este elemento era un componente esencial para el desarrollo de las galaxias, implicando todo un cambio en los modelos del conocimiento actual.

Otro de sus intrigantes descubrimientos fue el de una "estrella fallida" ubicada a 47 años luz de la Tierra, en un rincón aislado del espacio. Este astro gozó de particular atracción por su peculiar atributo de inversión térmica, significando que su temperatura aumenta a mayor distancia haya del núcleo. Propiedades como esta podrían resultar ilógicas para el entendimiento de personas que viven en condiciones opuestas.

El James Webb ha logrado también rastrear galaxias en plena formación que hasta ahora lucían ocultas. Tal es el caso de la galaxia AzTECCC71, cuyas envolturas de gas y polvo la hacían prácticamente invisible al ojo humano. Descubrimientos como este han validado la capacidad de este telescopio para detectar este tipo de astros ocultos en un espacio tan vasto y tan complejo en dinámicas como es el universo.

No obstante, lejos de ver más allá de nuestra galaxia, el telescopio espacial ha permitido a los investigadores hacer descubrimientos dentro de la Vía Láctea, habiendo detectado grandes corrientes de aire circulando alrededor del planeta Júpiter, fenómeno producido debido al encuentro de masas de este elemento de diferentes temperaturas, lo cual se desconocía previamente y que genera mayor curiosidad sobre otros eventos producidos en nuestro entorno próximo.

Recordemos que este telescopio debe su nombre a James Edwin Webb, quien ejerció como director de la NASA durante el gobierno del presidente John F. Kennedy, siendo parte del programa que llevó al hombre a la luna. Sin embargo, este homenaje generó indignación en algunos sectores, dado el apoyo que mostró Webb a las políticas homofóbicas del gobierno estadounidense durante los años cincuenta y sesenta.

Pero también es oportuno saber que la exploración espacial continuará reforzándose con el desarrollo del telescopio espacial Nancy Grace Roman. Según lo explicado por el doctor Aaron Young, miembro de la NASA, este nuevo proyecto, previsto a ser lanzado el 2027, estará diseñado para captar mayor amplitud del espacio y comprender sus misterios cósmicos a gran escala, complementando las funciones del James Webb y el Hubble, lo cual significa que se avecina una nueva era de descubrimientos..

Proveniente de un esfuerzo conjunto entre la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, y a pesar de contar con un tiempo de vida útil limitado, el impacto de este telescopio será duradero, ya que los datos recopilados hasta ahora y los que continúe recogiendo hasta el 2026 serán fundamentales para el estudio de la naturaleza y propiedades del universo.

Habiéndose producido tantas historias basadas en viajes por el espacio, entre libros, series y películas. La realidad resulta ser más emocionante que la ficción, pero sin dejar de ser enigmática y misteriosa con todos los hallazgos ocurridos. “Hace 1500 años todos sabían que la tierra era el centro del universo, hace 500 años todos sabían que la tierra era plana (…) imagina lo que sabrás mañana”, decía el agente K en la película Hombres de Negro.

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