viernes, 1 de noviembre de 2024

EL OTRO RÉCORD DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Escribe: Grover Lanza


 

 

 

Revisando los diferentes momentos y personajes que cobraron protagonismo mediático durante los Juegos Olímpicos de París 2024, muchos de los cuales tocaron la polémica y fueron blanco de desacreditaciones y desprestigio hacia el evento en general, es injusto opacar el esfuerzo y dedicación de aquellos deportistas cuya disciplina los ha convertido en ejemplos vivientes.

Entre todas estas participaciones, la del cubano Mijaín López Núñez no debería tomarse a la ligera y haber sido opacada por la actuación de competidores como la australiana Raygun o la misma inauguración de este último gran evento deportivo, tratándose del único atleta que ha ganado el oro en cinco ediciones consecutivas de los juegos olímpicos en el disciplina de la lucha grecorromana.

En Pekín (2008), Londres (2012), Río de Janeiro (2016), Tokio (2020) y ahora París, López se impuso como el mejor de esta categoría, derrotando a oponentes como Khasan Baroyev, Rıza Kayaalp y Iakov Kajaia. Su participación en los olímpicos de Atenas (2004), pese a que el deportista quedó quinto lugar, ya daba indicios favorables de su ascenso en este deporte de origen antiguo.

Mijaín López enfrentó al ruso Khasan Baroyev en la final de Beijing 2008. Baroyev, quien había sido campeón olímpico en Atenas 2004, llegaba con una reputación sólida, pero López lo superó con gran dominio en una intensa batalla, logrando el oro al vencerlo 2 a 0. Esta victoria representó el primer título olímpico del cubano, inaugurando su época de dominio como uno de los mejores luchadores de su categoría.

El turco Rıza Kayaalp fue uno de los rivales más difíciles de López durante su carrera. En Londres 2012, ambos se enfrentaron en la semifinal, donde el cubano mostró su experiencia controlando el combate. Ambos luchadores volvieron a enfrentarse en la final de Río 2016, donde López reafirmó su supremacía, obteniendo una nueva victoria y un nuevo oro a su racha.

Con esta serie de triunfos López llegó a ser comparado con Alexandr Karelin, la leyenda rusa de la lucha grecorromana, quien fue tricampeón olímpico en Seúl (1988), Barcelona (1992) y Atlanta (1996). La comparación entre ambos llegó a ser motivo de debates sobre el título de mejor luchador grecorromano de la historia, una discusión que parece haber llegado a su fin con las recientes victorias de Mijaín.

Es cierto que también deben reconocerse los logros de atletas como el estadounidense Michael Phelps, quien consiguió 23 medallas de oro durante su participación en los juegos olímpicos, además de haber roto récords mundiales en pruebas distintas, pero no de una forma tan extendida como el atleta cubano, habiéndolo hecho específicamente en el peso pesado de su disciplina (130 kg.).

Pese al oro obtenido, el logro de López es otro, la constancia y la consumación a este deporte de alto rendimiento físico desde el año 2002 y el haber mantenido su jerarquía durante 16 años, desde su victoria en Pekín, a costa de las exigencias y privaciones que recaen en la vida de un deportista olímpico, haciéndolo un ser humano perteneciente a una clase diferente de lo habitual.

Nacido en 1982 y originario de la provincia cubana de Pinar del Río, un área eminentemente agrícola del país caribeño, Mijaín retornó a su tierra con la gloria, luego de quitarse los botines en la misma arena y ante el mismo público que lo vio consagrarse como un nuevo Hércules, a unos días de cumplir 42 años.

 

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