REPORTAJE
Por: Guillermo Miranda Choque
Asediado por las deudas, pero seguro de su dominio de la pintura, Ronald Infa Condorcahuana acaba de estrenar sus obras en la exposición “El Oasis en Flor”. Pese a la alegría que supone este estreno en un lugar como la galería de arte Jorge Vinatea Reinoso, en el Palacio Municipal de Arequipa, la satisfacción es más que merecida para Ronald, quien es consciente de los peligros que afrontó para ver realizadas sus creaciones.
Exponiéndose cada noche al frío y la delincuencia en una región con una tasa de victimización del 36.4% según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Ronald no dudó en salir de su casa ubicada en el kilómetro 16 del Cono Norte, para emprender su ambiciosa representación de la Catedral de Arequipa en vivo, meta que implicó jornadas prolongadas de trabajo artístico durante dos meses, de seis de la tarde a doce de la noche.
“Mis obras tienen esa cuota de riesgo. He arriesgado y creo que he ganado, y bueno, aquí están mis obras junto a la de mis amigos y compañeros, es la primera vez que expongo y espero seguir”, expresa el pintor durante la exposición.
Habiendo incursionado en la música y las composición, Ronald abandonó sus estudios universitarios en artes plásticas por problemas económicos. Trabajando como mecánico, mozo, limpiador y cobrador, sin perspectivas alentadoras, los efectos de la pandemia causaron durante el 2021 su reinserción en el arte mediante la venta de sus obras, reconociendo haber vendido muchas de ellas a precios muy bajos.
Dándole crédito a la denominada “universidad de la vida”, y con una visión dedicada a la pintura, Infa Condorcahuana se permitió debutar ahora como expositor de galería, ilustrando el concepto de la vida y la naturaleza inspirándose en paisajes arequipeños como el río Chili y la catarata de Capua, en el distrito de Yura, pese a las amenazas que aún vívidamente persisten en su memoria.
Integrando el trabajo creativo de nueve pintores, “El Oasis en Flor” es una muestra organizada por las hermanas Jessica y Giuliana Callata Condori, artistas plásticas que tuvieron el propósito de ofrecer una muestra enriquecida de técnicas e interpretaciones a través de una alegoría primaveral hacia la vida, cuyas obras se hallarán presente el la galería municipal durante todo el mes de octubre.
Formada en la Escuela Nacional de Arte “Carlos Baca Flor”, Jessica Callata también tuvo que sobrellevar sus estudios contra adversidades como la falta de respaldo en su propia familia y las dificultades económicas para costear sus materiales de estudio. Rescatando los valores de la sinceridad y la perseverancia como esenciales para un artista, la egresada en artes plásticas sumó un nuevo logro a sus trayectoria exhibiendo durante el mes de junio su muestra individual denominada “Entre mis raíces y mi tierra”.
Confeso devoto al arte, pero consciente del bajo reconocimiento de este a nivel nacional y de los hábitos de consumo de la población peruana, el docente y pintor Limber Arapa Leonardo, miembro invitado de la muestra, ve en todo ello un espacio de oportunidades mediante el uso de las plataformas digitales para contribuir a la promoción y del arte arequipeño en general.
“Justamente oportunidades como esta nos permiten mostrar nuestro talento al público, no solo en la plástica, sino también en la música o en los mismos teatros. Tomemos en cuenta que se han cerrado muchas galerías, pero todavía se conservan algunas de ellas. No está demás que haya proyectos culturales y concursos, que motiven a quienes están egresando de escuelas de arte”, expresa Arapa Leonardo.
No obstante, para universitarios como Felix Condori Flores, cuya experiencia con el arte fue superficial durante su etapa escolar, la descentralización también es un componente esencial para los esfuerzos de difusión artística, permitiendo acercar la motivación de este estudio en la población de Arequipa.
De acuerdo a la perspectiva de Slink Dueñas Silva, curador de la exposición y docente de la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de San Agustín, el panorama artístico arequipeño está en evolución, con representantes más conscientes de su imagen, más inmersos en las redes sociales y con mayor contacto con el extranjero. No sin omitir los valores de la organización y la disciplina en un contexto que demanda una mayor asociación entre los artistas.
“El artista es libre, y si nosotros quisiéramos ser libres, deberíamos apoyar al arte, es muy saludable, porque las personas que lo realizan tienen valor, por el hecho de decidir que va a hacer una pintura sin que tenga en mente cuánto le van a pagar, dice harto“, expresa el docente universitario.
Inspirado por la obra del arequipeño Luis Palao Berastain, Ronald no solo cree en lo que defiende, sino que lo practica en cada cuadro y pintura que representa. Con un sendero que debe afrontarse esmeradamente, las perspectivas actuales ofrecen un alentador porvenir para todos aquellos quienes se consagran al arte.
Exponiéndose cada noche al frío y la delincuencia en una región con una tasa de victimización del 36.4% según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Ronald no dudó en salir de su casa ubicada en el kilómetro 16 del Cono Norte, para emprender su ambiciosa representación de la Catedral de Arequipa en vivo, meta que implicó jornadas prolongadas de trabajo artístico durante dos meses, de seis de la tarde a doce de la noche.
“Mis obras tienen esa cuota de riesgo. He arriesgado y creo que he ganado, y bueno, aquí están mis obras junto a la de mis amigos y compañeros, es la primera vez que expongo y espero seguir”, expresa el pintor durante la exposición.
Habiendo incursionado en la música y las composición, Ronald abandonó sus estudios universitarios en artes plásticas por problemas económicos. Trabajando como mecánico, mozo, limpiador y cobrador, sin perspectivas alentadoras, los efectos de la pandemia causaron durante el 2021 su reinserción en el arte mediante la venta de sus obras, reconociendo haber vendido muchas de ellas a precios muy bajos.
Dándole crédito a la denominada “universidad de la vida”, y con una visión dedicada a la pintura, Infa Condorcahuana se permitió debutar ahora como expositor de galería, ilustrando el concepto de la vida y la naturaleza inspirándose en paisajes arequipeños como el río Chili y la catarata de Capua, en el distrito de Yura, pese a las amenazas que aún vívidamente persisten en su memoria.
Integrando el trabajo creativo de nueve pintores, “El Oasis en Flor” es una muestra organizada por las hermanas Jessica y Giuliana Callata Condori, artistas plásticas que tuvieron el propósito de ofrecer una muestra enriquecida de técnicas e interpretaciones a través de una alegoría primaveral hacia la vida, cuyas obras se hallarán presente el la galería municipal durante todo el mes de octubre.
Formada en la Escuela Nacional de Arte “Carlos Baca Flor”, Jessica Callata también tuvo que sobrellevar sus estudios contra adversidades como la falta de respaldo en su propia familia y las dificultades económicas para costear sus materiales de estudio. Rescatando los valores de la sinceridad y la perseverancia como esenciales para un artista, la egresada en artes plásticas sumó un nuevo logro a sus trayectoria exhibiendo durante el mes de junio su muestra individual denominada “Entre mis raíces y mi tierra”.
Confeso devoto al arte, pero consciente del bajo reconocimiento de este a nivel nacional y de los hábitos de consumo de la población peruana, el docente y pintor Limber Arapa Leonardo, miembro invitado de la muestra, ve en todo ello un espacio de oportunidades mediante el uso de las plataformas digitales para contribuir a la promoción y del arte arequipeño en general.
“Justamente oportunidades como esta nos permiten mostrar nuestro talento al público, no solo en la plástica, sino también en la música o en los mismos teatros. Tomemos en cuenta que se han cerrado muchas galerías, pero todavía se conservan algunas de ellas. No está demás que haya proyectos culturales y concursos, que motiven a quienes están egresando de escuelas de arte”, expresa Arapa Leonardo.
No obstante, para universitarios como Felix Condori Flores, cuya experiencia con el arte fue superficial durante su etapa escolar, la descentralización también es un componente esencial para los esfuerzos de difusión artística, permitiendo acercar la motivación de este estudio en la población de Arequipa.
De acuerdo a la perspectiva de Slink Dueñas Silva, curador de la exposición y docente de la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de San Agustín, el panorama artístico arequipeño está en evolución, con representantes más conscientes de su imagen, más inmersos en las redes sociales y con mayor contacto con el extranjero. No sin omitir los valores de la organización y la disciplina en un contexto que demanda una mayor asociación entre los artistas.
“El artista es libre, y si nosotros quisiéramos ser libres, deberíamos apoyar al arte, es muy saludable, porque las personas que lo realizan tienen valor, por el hecho de decidir que va a hacer una pintura sin que tenga en mente cuánto le van a pagar, dice harto“, expresa el docente universitario.
Inspirado por la obra del arequipeño Luis Palao Berastain, Ronald no solo cree en lo que defiende, sino que lo practica en cada cuadro y pintura que representa. Con un sendero que debe afrontarse esmeradamente, las perspectivas actuales ofrecen un alentador porvenir para todos aquellos quienes se consagran al arte.
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