viernes, 25 de octubre de 2024

SER MÚSICO PROFESIONAL, ENTRE LA PASIÓN Y LOS DESAFÍOS

REPORTAJE

Escrito por: Guillermo Miranda Choque

Formada como artista profesional en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), Isabel Laccacta Alccahuaman ahora ejerce prácticas en su propia Escuela Profesional. Habiendo padecido las dificultades de los efectos de la pandemia por coronavirus junto a toda una generación estudiantil, ahora ella está involucrada en atender las problemáticas académicas desde el enfoque de la tutoría.

“Estudié los años (tercero y cuarto) más fuertes de la carrera durante la pandemia, creo que eso afectó a mi promoción, nos estresamos y teníamos que estar preparando nuestro repertorio. Sentíamos que nos faltaba tiempo. Era la presión que se acercaba al concierto final”, comparte la artista.

Especializada en canto, Isabel experimentó al igual que muchos estudiantes, los desafíos que implica seguir una carrera artística, experimentando en primera instancia la falta de apoyo hacia el estudio de una carrera “no tan sustentable”. Los inconvenientes tampoco faltaron al ingresar a la universidad, “las dificultades fueron la falta de tiempo y organización, no hallaba cómo estudiar bien”, expresa.

No obstante, para muchos de los estudiantes, las dificultades también se manifiestan en la falta de espacios para ensayar cómodamente y en las adversidades económicas para el costeo de instrumentos, clases maestras, capacitaciones e incluso festivales. Siendo también una dificultad el acceso a un puesto de trabajo apropiadamente remunerado, tal es la realidad que expresa Cristina Conde Vargas, cantante lírica egresada de las aulas agustinas.

“Somos muchos músicos y hay pocos puestos de trabajo para ser intérprete, los cantantes no tienen coros a dónde ir como trabajo y se les pague por ello. Aquí en el Perú solo hay uno, el Coro Nacional, pero uno para todo el país es muy poco, y somos tantos cantantes. Por eso muchos estudian doble carrera. no es fácil dedicarse enteramente a ella”, expresa Conde Vargas, quien ejerce la docencia de canto en la Escuela de Artes de la UNSA.

Habiendo retornado de Lima como invitada del Coro Nacional del Perú para interpretar la cantata Carmina Burana, Angie Becerra Villaverde, egresada del Conservatorio Regional de Música “Luis Duncker Lavalle” y miembro del Coro Arequipa, vio en este viaje una realidad motivante pero frustrante, donde muchos cantantes de Arequipa partieron a Lima para integrar la filas del elenco nacional, siendo ello una muestra de la falta de oportunidades existentes en ciudades como la Ciudad Blanca.

Refiriéndose a las alternativas laborales de la enseñanza de música, la intérprete corrobora las dificultades para el ejercicio de esta práctica. “Los colegios explotan bastante a los músicos, te piden bastante por poca paga. En la mayoría de academias no tienen el material adecuado para enseñar, por ejemplo, para el canto se necesita pianos, espejos y micrófonos”, expresa la cantante.

Las perspectivas que ofrecen los denominados ”chivos” o servicios musicales pagados por jornadas en concreto, no representan por su naturaleza una opción laboral estable para quienes desean ejercer a plenitud su profesión artística. “Si te dedicas a la interpretación musical, los chiveos te mueven la técnica y no te van a ayudar demasiado”, sostiene Becerra Villaverde, advirtiendo con ello un riesgo para quienes recurren a esta práctica por necesidad de obtener dinero.

Infravalorada pero no por ello sin importancia, la música no deja de ser un componente necesario para la formación de las personas en general. Isabel Laccacta destaca al respecto que la disciplina es uno de los principales frutos que se generan mediante esta práctica, que al igual que el deporte, permite inculcar valores como la perseverancia y la responsabilidad.

Sin ser un acto unidireccional, la enseñanza musical implica también un acto de desprendimiento y responsabilidad que proviene de la vocación del docente. “Quien no ama enseñar no hace que sus estudiantes amen la carrera o sientan pasión por eso, tengo que sentir ello para que mis alumnos despierten lo mismo. Hay que ser disciplinado y ordenado, el docente tiene que seguir estudiando”, expresa Conde Vargas.

De acuerdo a la perspectiva de Angie Becerra, quien además de cantar ejerce la enseñanza de canto, esta labor demanda un ejercicio de empatía que demanda de la comprensión del docente hacia su alumno. “Para enseñarle bien tiene que entender cuáles son los problemas del estudiante, qué es lo que necesita y cómo lo necesita, y si no se entiende ello va a ser muy complicado tanto para él como para el alumno”, comparte.

Utilizando esta sensitividad para su actual labor dentro del entorno universitario, Isabel sabe los desafíos que acechan a los estudiantes de arte, de los cuales no son ajenos los alumnos de artes plásticas, una especialidad, según señala, caracterizada por el trabajo individual, distante de la sociabilidad que se fomenta en su contraparte musical.

A pesar de múltiples desafíos como la falta de oportunidades laborales y las dificultades económicas, la labor de los músicos no deja de ser relevante para la sociedad. La enseñanza musical, además de cultivar habilidades artísticas, es un ingrediente importante para el crecimiento del arte y la valoración de la actividad cultural del país.

 

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