viernes, 25 de octubre de 2024

LA OLA DE EXTORSIONES Y ASESINATOS CONTRA CHOFERES DE TRANSPORTES PÚBLICOS

CRÓNICA

Por: Nayely Kassandra Luque Yanqui                                                                            


La madrugada del 28 de agosto, las calles de Comas fueron testigos del primer asesinato y el comienzo de una ola de violencia que azotaría al transporte público en Lima Norte. Rutnam Berríos Pajuelo, de 32 años y conductor de la empresa de transportes "El Mandarino" popularmente conocida como "Naranjito", fue asesinado por sicarios mientras recogía pasajeros en la intersección de las avenidas Túpac Amaru y Revolución. A bordo de una motocicleta, los sicarios dispararon cinco veces contra Berríos, sellando su destino en una ejecución que encendió las alarmas sobre la creciente disputa entre bandas de extorsionadores en la zona.

Berríos, cuya combi cubría la ruta entre San Juan de Lurigancho y Comas, se encontraba solo dentro de su vehículo en el momento del ataque. Los pasajeros atónitos fueron testigos de cómo los atacantes abrieron fuego desde ambos lados del vehículo, bloqueando cualquier intento de escape. Junto al cuerpo de Berríos, los asesinos dejaron un mensaje dirigido a la empresa de transportes.

Una advertencia escrita en una hoja de papel, en la cual amenazaban con continuar los asesinatos si la compañía seguía pagando “cupos” a Erick Moreno Hernández, alias "El Monstruo", conocido extorsionador y sicario de Lima Norte. La firma del mensaje anunciaba una nueva fuerza en el panorama delictivo, pues ahora se hacían conocer como los que mataron al “Monstruo Chonguito’".

La extorsión en las rutas de transporte público no es un fenómeno nuevo, pero su magnitud se ha intensificado dramáticamente en los últimos meses. Conductores como Berríos han estado pagando cuotas a bandas criminales para asegurar su "protección". Sin embargo, el surgimiento de una nueva facción en esta guerra dispuesta a asesinar para hacerse del control pone en peligro la vida de todos los trabajadores de este sector.

El asesinato de Berríos no es un hecho aislado. Apenas un día después, José Luis Ontiveros López, conductor de la empresa Consorcio Uvita, fue asesinado en otro paradero de Comas. Las investigaciones apuntan a que ambas muertes son resultado de una disputa de control entre las bandas lideradas por "El Monstruo" y Adam Lucano Cotrina, alias "Jorobado", quienes buscan apoderarse del lucrativo negocio de la extorsión en el sector transporte de Lima Norte.

Según informes policiales, al menos 10 empresas de transporte fueron blanco de extorsionadores en las últimas semanas. Los ataques van desde amenazas y cobros hasta atentados armados que han cobrado la vida de conductores y atemorizado a pasajeros. La empresa Etuchisa, que opera la línea "El Chino" entre Puente Piedra y Villa El Salvador, suspendió sus operaciones por tiempo indefinido tras recibir amenazas y sufrir un ataque en su local, donde los delincuentes dispararon contra sus buses en varias ocasiones.

La preocupación y el miedo entre los conductores se hacen evidentes en sus declaraciones a los medios locales. "Hoy fue Rutnam, mañana puede ser cualquiera de nosotros", expresan con desesperación, mientras exigen una intervención más firme de las autoridades. "Somos víctimas de la inseguridad a diario", comenta uno de los colegas de Berríos, quien pide justicia y apoyo para la familia del fallecido, quien dejó a dos menores en orfandad.

La violencia que azota al transporte público de Lima Norte alcanzó tal nivel de riesgo que algunos conductores dejaron sus unidades por temor, mientras otros, como los de la línea C de Huáscar, iniciaron protestas y paros para visibilizar la gravedad de la situación. Sin embargo, la sensación de vulnerabilidad persiste, y muchos sienten que trabajan bajo la amenaza constante de ser el próximo blanco.

Con cada ataque, la urgencia de una respuesta efectiva se vuelve más apremiante. Si bien las investigaciones policiales avanzan, los choferes y la comunidad exigen acciones contundentes que pongan fin a la violencia y restablezcan la seguridad en las rutas.

El caso de Rutnam Berríos y sus compañeros es una cruda realidad que refleja una sociedad gobernada por la delincuencia, donde la vida de quienes trabajan en las calles corre peligro cada día. Un modo de extorsión que poco a poco se va expandiendo por todo el Perú, como en Arequipa, donde ya se empezaron a extorsionar a taxistas con cupos de hasta 15 soles.

Mientras tanto, las autoridades ignoran el pedido de muchos trabajadores que se levantan día a día para ser el sostén de su familia, y que ahora con el crimen desenfrenado, caminan y trabajar con el temor de no llegar vivos a sus hogares.

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