Escrito por: Guillermo Miranda Choque
Viajando a México en una gira de tres semanas y medio por estados como
Guanajuato, Zacatecas y Ciudad de México, Luis Tejada Bolaños tuvo a sus 16
años una experiencia que marcó su vida para siempre. Cursando el quinto de
secundaria y siendo uno de los más jóvenes en conformar el elenco de danza
Identidad Peruana, Luis palpó la valoración de su folklore a nivel
internacional, habiéndolo compartido junto a miembros de otras delegaciones
como Polonia, Argentina y el país anfitrión.
Reafirmando esta experiencia con posteriores giras a Portugal, España, Chile y Panamá, su gusto por la cultura fue integrándose a sus estudios en administración, haciendo que durante el 2023, junto a Edson Borjas Siu y Marylia Condori Sánchez crearan Nunamanta, (que en quechua quiere decir “desde el alma”), asociación fundada con el propósito de formar en folklore mediante la danza y la música.
“La idea nació de enseñar y transmitir lo que sabemos, ¿cuál es el fin de saber mucho y no transmitirlo?, no sirve de nada. Nos dimos cuenta de eso, dijimos, falta abrir estas puertas a gente nueva, y no quiere decir que los otros elencos no lo hagan, pero nosotros quisimos hacerlo a nuestra manera”, explica Tejada Bolaños.
A lo largo de su trayectoria cultural, Luis reconoce desde su perspectiva que los desafíos para la gestión de proyectos artísticos son la desinformación, junto a los prejuicios sociales y las bajas expectativas sobre el desarrollo profesional mediante el arte, problemas que se anteponen a un panorama de emergentes proyectos culturales.
Desde su mirada como artista y docente especializado en folklore afroperuano, Edson Borjas señala un incremento en el interés por el aprendizaje de danza durante los últimos diez años, reflejado en el crecimiento de contenidos asociados a este arte en plataformas sociales y por medio de influencers. Sin embargo, el docente advierte que este tipo de crecimientos también promueve una indiferenciación entre coreografía y folclore, restando el verdadero valor de este último.
“Ese es un desafío, y creo que el más importante, porque ha perdido el valor para el público contratar personas preparadas. Es muy importante saber diferenciar un show de una presentación cultural, donde se muestra lo que es parte de un pueblo y una sociedad. Hay que educar a la gente”, expresa el danzante.
Reconociendo el impacto de las redes sociales en la difusión cultural, Marylia Condori, artista especializada en marinera, destaca que ello también genera desinformación en la población cada vez que no hay una investigación de por medio. “No está mal querer difundir una cultura, pero creo que es muy importante formarse antes de enseñar una danza. Uno no puede bailar si realmente no sabe lo que está representando”, explica.
Otro reto que la folclorista asocia a la falta de investigación está referido a la falta de acciones para la conservación de danzas que forman parte de la herencia cultural de regiones como Arequipa. Junto a ello, la artista lamentó que entre la diversidad de danzas que tiene el país, muchas de estas no gocen de la debida consideración y sean ignoradas a costa de otras más conocidas.
“Hay demasiadas danzas en el Perú, pero cuando uno va al extranjero, ellos creen que el peruano solamente es un festejo, un huaynito o una valicha, pero hay muchas más danzas a las que no se les toma en importancia. Eso se debería mostrar acá y luego al exterior, a los otros países”, resalta.
Habiendo participado en el Festival Folklórico Internacional del Almojábano con Queso, en Panamá, Marylia también hizo hincapié en la importancia de respaldar más oportunidades de participación para músicos y danzantes jóvenes en festivales internacionales, con el propósito de generar un intercambio y acercamiento cultural entre ellos mientras representan a su país.
En un panorama desafiante donde cobran particular vigencia los prejuicios sociales, Luis Tejada expresa que es necesario construir la idea de profesionalización en el consumidor y el artista, tal y como explica que se da en países como Colombia, Brasil, Argentina y España, donde se tiene claro que ello, a diferencia de nuestro territorio, donde se ignora la existencia de este tipo de potencialidades.
“Como artistas hay que profesionalizarnos y darle valor a nuestro trabajo para que luego el público nos tome en serio. Las oportunidades llegan cuando te ven más profesional. La teoría de la industria creativa dice que todos tienen que ayudarse para que la industria crezca”, expresa.
Se trata, como expresa Edson, de una labor hecha desde el corazón, haciendo patria de alguna manera, frente a la deshumanización y mecanización de las personas, que están olvidando su cultura y su identidad. “Esas cosas nos motivan a seguir adelante, tenemos el sueño de que la gente se eduque a través de la cultura y podamos cambiar la actual identidad del país, que está en problemas”, concluye Edson.
Reafirmando esta experiencia con posteriores giras a Portugal, España, Chile y Panamá, su gusto por la cultura fue integrándose a sus estudios en administración, haciendo que durante el 2023, junto a Edson Borjas Siu y Marylia Condori Sánchez crearan Nunamanta, (que en quechua quiere decir “desde el alma”), asociación fundada con el propósito de formar en folklore mediante la danza y la música.
“La idea nació de enseñar y transmitir lo que sabemos, ¿cuál es el fin de saber mucho y no transmitirlo?, no sirve de nada. Nos dimos cuenta de eso, dijimos, falta abrir estas puertas a gente nueva, y no quiere decir que los otros elencos no lo hagan, pero nosotros quisimos hacerlo a nuestra manera”, explica Tejada Bolaños.
A lo largo de su trayectoria cultural, Luis reconoce desde su perspectiva que los desafíos para la gestión de proyectos artísticos son la desinformación, junto a los prejuicios sociales y las bajas expectativas sobre el desarrollo profesional mediante el arte, problemas que se anteponen a un panorama de emergentes proyectos culturales.
Desde su mirada como artista y docente especializado en folklore afroperuano, Edson Borjas señala un incremento en el interés por el aprendizaje de danza durante los últimos diez años, reflejado en el crecimiento de contenidos asociados a este arte en plataformas sociales y por medio de influencers. Sin embargo, el docente advierte que este tipo de crecimientos también promueve una indiferenciación entre coreografía y folclore, restando el verdadero valor de este último.
“Ese es un desafío, y creo que el más importante, porque ha perdido el valor para el público contratar personas preparadas. Es muy importante saber diferenciar un show de una presentación cultural, donde se muestra lo que es parte de un pueblo y una sociedad. Hay que educar a la gente”, expresa el danzante.
Reconociendo el impacto de las redes sociales en la difusión cultural, Marylia Condori, artista especializada en marinera, destaca que ello también genera desinformación en la población cada vez que no hay una investigación de por medio. “No está mal querer difundir una cultura, pero creo que es muy importante formarse antes de enseñar una danza. Uno no puede bailar si realmente no sabe lo que está representando”, explica.
Otro reto que la folclorista asocia a la falta de investigación está referido a la falta de acciones para la conservación de danzas que forman parte de la herencia cultural de regiones como Arequipa. Junto a ello, la artista lamentó que entre la diversidad de danzas que tiene el país, muchas de estas no gocen de la debida consideración y sean ignoradas a costa de otras más conocidas.
“Hay demasiadas danzas en el Perú, pero cuando uno va al extranjero, ellos creen que el peruano solamente es un festejo, un huaynito o una valicha, pero hay muchas más danzas a las que no se les toma en importancia. Eso se debería mostrar acá y luego al exterior, a los otros países”, resalta.
Habiendo participado en el Festival Folklórico Internacional del Almojábano con Queso, en Panamá, Marylia también hizo hincapié en la importancia de respaldar más oportunidades de participación para músicos y danzantes jóvenes en festivales internacionales, con el propósito de generar un intercambio y acercamiento cultural entre ellos mientras representan a su país.
En un panorama desafiante donde cobran particular vigencia los prejuicios sociales, Luis Tejada expresa que es necesario construir la idea de profesionalización en el consumidor y el artista, tal y como explica que se da en países como Colombia, Brasil, Argentina y España, donde se tiene claro que ello, a diferencia de nuestro territorio, donde se ignora la existencia de este tipo de potencialidades.
“Como artistas hay que profesionalizarnos y darle valor a nuestro trabajo para que luego el público nos tome en serio. Las oportunidades llegan cuando te ven más profesional. La teoría de la industria creativa dice que todos tienen que ayudarse para que la industria crezca”, expresa.
Se trata, como expresa Edson, de una labor hecha desde el corazón, haciendo patria de alguna manera, frente a la deshumanización y mecanización de las personas, que están olvidando su cultura y su identidad. “Esas cosas nos motivan a seguir adelante, tenemos el sueño de que la gente se eduque a través de la cultura y podamos cambiar la actual identidad del país, que está en problemas”, concluye Edson.
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