REPORTAJE
POR: GUILLERMO MIRANDA CHOQUE
Habiendo atravesado una ola de incendios que dejó alrededor de 20 personas fallecidas y otras 160 heridas, el Perú no fue ajeno a este problema que afectó a otros países sudamericanos como Bolivia, Argentina y Brasil. Pese a haberse controlado gran parte de las áreas afectadas, los incendios aún persisten en regiones como Ucayali, Pasco, Cusco y Apurímac, teniendo entre algunos de sus causantes a las altas temperaturas y las sequías.
Apasionado por la ecología, la biología marina y la pedagogía, Benigno Sanz Sanz, doctor en Ciencias Ambientales, quien el próximo 19 de noviembre publicará un diagnóstico hídrico de la cuenca Quilca - Chili, enfatiza que el cambio climático tiene particular incidencia en los recursos naturales, siendo el abastecimiento de agua uno de los principales desafíos para Arequipa, que está ubicada en el desierto de Atacama y depende actualmente de la asistencia de aguas provenientes de Camaná.
“Arequipa es una de las regiones más complicadas por el cambio climático. Existe la métrica del Tyndall Center, que evalúa los indicadores para saber por qué estamos en cambio climático. Arequipa posiblemente ya esté viviendo inicios de cambio climático, aunque no los tenemos totalmente registrados, porque no hay estudios al respecto”, expresa.
Si bien manifiesta el especialista, las acciones a nivel nacional no podrían revertir este problema de dimensiones internacionales. Por su parte, la perspectiva que ofrece Delmy Poma Bonifaz, bióloga y presidenta del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo del Sur - Descosur, es la adaptación mediante acciones que permitan la reducción de los impactos de este cambio en la región.
“Los proyectos de infraestructura natural no son priorizados, entonces allì tenemos que ir cambiando las formas de atención desde el sector público y el privado también. No lo no lo conocemos porque no lo vivimos, si queremos asegurar nuestra permanencia al 2050 tenemos que asegurar las cabeceras de cuenca”, sostiene Poma.
Para Irina Salazar Churata, Gerente de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno Regional de Arequipa, los problemas medioambientales y asuntos relacionados al cambio climático no tienen impacto en la percepción de los habitantes de Arequipa, puesto que en la ciudad aún no se experimentan los efectos de ciertas limitaciones, creando en su población la falsa sensación de un “paraíso”.
Desde su perspectiva como especialista en desarrollo urbano, el arquitecto Ivan Camasacari, destaca que uno de los principales desafíos para Arequipa es el exponencial crecimiento del parque automotor, que viene generando impacto en la congestión vehicular y en los microclimas de la ciudad, junto al que se suma el crecimiento poblacional y los retos para el abastecimiento de agua.
Pese a evidenciarse esta serie de problemáticas en el entorno de la urbe arequipeña, Poma Bonifaz destaca que los efectos del cambio climático tienen mayores repercusiones en las poblaciones rurales y altoandinas debido a su relación directa con la producción de sus propios recursos mediante actividades como la agricultura y la ganadería.
“Ya no hay poblaciones jóvenes que apuesten por quedarse y que hagan actividades de conservación. Que se produzca una migración a las ciudades, origina sobrepoblación y crecimiento desmedido. Esto va a ser cada vez más acelerado porque los impactos en este territorio van a ser en mayor grado”, sostiene la presidenta de Descosur.
Relacionando los efectos atípicos del Fenómeno de La Niña con el origen de los incendios forestales, Benigno Sanz agrega que esta reducción en la humedad de la atmósfera y la cantidad de lluvias también tuvieron repercusiones en los niveles de agua del río Amazonas y el lago Titicaca, comprometiendo el desarrollo económico de las poblaciones afectadas trayéndoles pobreza.
La inversión en investigación y la generación de conocimiento representa uno de los mayores obstáculos para el Perú. De acuerdo al Banco Mundial, el presupuesto del país en inversiones de este tipo es de 0,16% de su Producto Bruto Interno (PBI), a diferencia de cantidades destinadas de 1,15% y 0.33% para Brasil y Chile, respectivamente.
“Uno de los cuellos de botella del país es el desconocimiento. La innovación no está incluida dentro del Invierte.pe, que es el sistema para proyectos de inversión, entonces si quiero hacer un proyecto de este tipo para recibir capital, no tendré cómo. Uno de los grandes dolores es la poca inversión, la falta de conocimiento, la falta de promoción y la falta de vigilancia”, expresa la gerente regional.
Adverso pero no imposible, Ivan Camasacari viene investigando especies de bambú peruano para difundir su uso y reducir la utilización de madera, buscando con ello mitigar el impacto climático. “la construcción es uno de los mayores contaminantes debido a que implica una huella de carbono gigante”, sostiene.
Con amplias posibilidades de contribuir al medio ambiente, la huella de carbono que posee el sillar también representa para el académico una oportunidad de innovación para los sistemas de construcción de la ciudad de Arequipa, que pese a hallarse abastecida de este material, aún sus posibilidades de uso se ven limitadas por la falta de investigaciones.
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