CRÓNICA
Por: Grover Lanza
Claudio recuerda con nostalgia
sus primeros pasos en el taekwondo. “Comencé en el colegio, donde las clases de
educación física incluían prácticas de taekwondo. Desde ese momento, me sentí
atraído por las técnicas y el ritmo del deporte”, comparte con entusiasmo. Su
pasión se avivó aún más al ver películas que destacaban la disciplina y
habilidad de los artistas marciales como Bruce Lee, inspirándolo a perfeccionar
su técnica, cometa.
A lo largo de su trayectoria,
Claudio ha enfrentado retos significativos. “Las técnicas más difíciles son las
que requieren giros y equilibrio. La ‘fuerza’ es un claro ejemplo, ya que
necesita mucha flexibilidad y concentración”, explica. A pesar de las dificultades,
su dedicación ha dado frutos: lleva un año y ocho meses entrenando en la San
Marcos y se siente preparado para enfrentar los desafíos que le vienen.
La llegada a Arequipa representa
un éxito en su carrera y más si es para competir en los juegos universitarios.
“Nunca imaginé que llegaría a participar en un evento de esta magnitud.
Representar a mi universidad es un logro inmenso”, afirma con una sonrisa. La
motivación para seguir adelante proviene no solo de su deseo personal de
sobresalir, sino también del apoyo incondicional de amigos y familiares.
Uno de los momentos que marcó su camino fue un torneo interuniversitario donde se dio cuenta de la competencia que enfrentaría. “Vi diferentes técnicas y estilos de pelea. Eso me hizo querer mejorar y nutrirme de esas experiencias para perfeccionar mis habilidades”, recuerda. Este encuentro fue un punto de inflexión que consolidó su compromiso con el taekwondo.
Más allá de la competencia,
Claudio valora el impacto del taekwondo en su vida diaria. “Este deporte no
solo me ha preparado físicamente, también me ha enseñado disciplina y
perseverancia. La mente se entrena junto con el cuerpo, lo que se traduce en un
equilibrio entre mis estudios y mi práctica deportiva”, reflexiona. La
preparación mental es fundamental para él, especialmente en momentos de
presión.
Los entrenamientos son rigurosos.
“Entrenamos tres días a la semana, pero es vital mantener una rutina diaria de
estiramientos y buena alimentación. La flexibilidad es clave en nuestro
deporte”, detalla. Esta disciplina le ha permitido mantenerse en forma, a la
vez mejorar su rendimiento académico, reduciendo el estrés y aumentando su
energía.
“Recomendaría a todos practicar
un deporte. El taekwondo ha transformado mi percepción de las cosas. Me siento
más motivado y activo”, dice Claudio, enfatizando la importancia de una vida
equilibrada. Su experiencia refleja cómo el deporte puede ser una vía para el
crecimiento personal y profesional.
Con la vista en el futuro,
Claudio tiene metas claras. “Quiero participar en todos los campeonatos
interuniversitarios que pueda. Cada año cuenta y deseo dar lo mejor de mí en
cada competencia”, asegura con determinación. Su ambición no conoce límites y
su deseo de triunfar es palpable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario