Primero se propone eliminar los ejemplares del acta electoral destinados a la propia Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y a las organizaciones políticas participantes de un proceso electoral, dado que ya existen ejemplares que por ley se entregan, concluido el escrutinio en una mesa de sufragio, al Jurado Nacional de Elecciones (JNE), el Jurado Electoral Especial (JEE) y a Oficina Descentralizada de Procesos Electorales (ODPE).
Según el organismo electoral, la utilización y contribución del acta que se destina a la propia institución es mínimo y, en consecuencia, su uso resulta prescindible. A la vez, el ejemplar destinado al conjunto de organizaciones políticas no tiene sentido ya que adicionalmente se entrega una copia a los personeros, con lo cual se duplica la información para un mismo fin.
Según la ONPE, la reducción de estas dos actas permitiría un ahorro considerable de dinero en materiales como: papel, láminas para protección de resultados, sobres plásticos, cinta de seguridad, gastos de impresión y transporte que pueden ser utilizados en forma efectiva para otras acciones en pos de una mejora de los procesos electorales.
Así, por ejemplo, de haberse eliminado los dos juegos de actas mencionados en las últimas elecciones Generales 2016, en donde se elegía al presidente o presidenta de la República, Vicepresidentes, Congresistas y representantes ante el Parlamento Andino, se hubiera ahorrado costos de papel y producción de 519,306 mil actas impresas. En segunda vuelta, 173,102. En total, 692,408 actas que ya no son necesarias imprimir (innecesario gasto y papel que finalmente se desecha).
El acta electoral es un documento en el cual se registran los datos e incidencias propios de una mesa de sufragio, desde su instalación hasta el escrutinio, y está compuesta por tres secciones: acta de instalación, de sufragio y de escrutinio.
Adicionalmente, la ONPE considera que el menor llenado de ejemplares de actas reduciría en gran medida el trabajo de los miembros de mesa y lo haría menos tedioso, lo cual implicaría que se cometan menos errores, permitiendo la difusión de los resultados en menor tiempo.
Hologramas son obsoletos
Otra de las reformas propuestas por el organismo electoral es la eliminación del holograma que se coloca en el Documento Nacional de Identidad (DNI) de cada elector en calidad de constancia de sufragio.
Este material electoral fue incorporado en los procesos electorales en tiempos en los cuales la conectividad e interconexión informática no existían.
Según la ONPE, esta situación ha cambiado con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s), pues en la actualidad la constatación de sufragio se puede hacer mediante consultas en línea, que están a disposición de todas las instituciones públicas y privadas, con lo cual el holograma se ha convertido en un elemento obsoleto que ya no es referencia de consulta para verificar si el elector votó o ejerció el cargo de miembro de mesa.
La eliminación de los hologramas genera, como valor agregado, la reducción del tiempo de instalación y cierre de la mesa, debido a que los miembros de mesa no tendrían que verificar y contar la cantidad de hologramas que reciben y devuelven.
Elaborados con materiales especiales, los hologramas originaron gastos de 1’200,000 soles en las últimas elecciones generales, dinero que puede ser aprovechado de forma más eficiente y útil en otras labores del organismo electoral.
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