Pero, ¿qué es exactamente el aguaymanto? Se trata de un arbusto cuyo fruto, de forma redonda y pequeño tamaño (entre 1.25 y 2 centímetros de diámetro), presenta un característico color amarillo. Su sabor es una combinación equilibrada entre amargo y agridulce, acompañado de un aroma delicado y agradable. Puede consumirse fresco o como parte de diversas preparaciones, como ensaladas.
Considerado uno de los cinco alimentos más beneficiosos producidos en el Perú, el aguaymanto es una fuente poderosa de antioxidantes y una rica combinación de vitaminas A, B y C, además de minerales como calcio, hierro y fósforo. Su consumo fortalece el sistema inmunológico y es un excelente energético para niños, estudiantes y deportistas.
Originalmente, esta fruta se cultivó en el Valle Sagrado de los Incas, en Cusco, donde era apreciada por la nobleza. Sin embargo, su producción no se limita a esta región; actualmente, también se cultiva en Áncash, La Libertad, Cajamarca, Lambayeque, Ayacucho, Lima, Junín y Huánuco. Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), las regiones con mayor potencial de exportación de aguaymanto son Áncash, La Libertad, Lambayeque y Ayacucho.
Más allá de su relevancia agrícola y comercial, el aguaymanto es altamente beneficioso para la salud. Su alto contenido de vitamina C contribuye al tratamiento de afecciones como asma, sinusitis y alergias. Además, su acción antioxidante ayuda a retrasar el envejecimiento, favorece la cicatrización de heridas, fortalece el sistema inmunológico y estimula la producción de glóbulos rojos. También mejora la función cardiovascular y actúa como un relajante natural.
Sus propiedades no terminan ahí: el aguaymanto ayuda a aliviar el estrés, combate la hipertensión, reduce la ansiedad y regula los niveles de glucosa en la sangre. No cabe duda de que este superalimento, orgullo del Perú, sigue conquistando el mundo con sus múltiples bondades.
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