ENTREVISTA
Por: Guillermo Miranda Choque
Para el biólogo Benigno Sanz, el “facilismo” informativo utilizado para abordar el asunto del cambio climático no contribuye a la concientización de la población. En un contexto crudo y duro sumamente complejo donde hace falta mayor investigación científica, el académico advierte que la incertidumbre es lo único seguro que nos depara.
¿Qué retos enfrenta actualmente Arequipa en materia de cambio climático?
De los efectos que va a enfrentar Arequipa por el cambio climático, tendríamos que pensar primero en el calentamiento global y en el efecto invernadero. En ese contexto tenemos problemas con el agua, el clima se está afectando porque cambiamos física y químicamente la atmósfera, entonces las condiciones van variando. Donde recibíamos agua, ya no da, y el suelo se comienza a comportar distinto porque la temperatura es más elevada y la biota ya no funciona.
Ahí viene el otro problema, los vegetales ya no están soportando esas condiciones extremas de temperatura. Entonces debemos comenzar a adaptarnos, pero ese proceso de adaptación para nosotros es muy lento porque depende de la infraestructura, el presupuesto, la voluntad de la población y la voluntad política, entonces la situación viene siendo más compleja de lo que parece.
¿Qué desafíos comprende la demanda de agua en Arequipa?
Para solucionar su seguridad alimentaria, Arequipa recibe el 60% de agua de unas represas que están construidas en otra cuenca, tenemos sobreasistencialización. La ropa que compramos acá está manufacturada con agua de la ciudad. La leche producida aquí también lo está, la carne que se consume del mercado ha crecido con agua de nuestra ciudad y está sobreasistencializada. Es lamentable que las personas piensen que el agua es solo aquella que pueden ver en su caño, estamos llenos de agua, los talleres mecánicos, la limpieza pública, los parques, etc. todo eso es agua.
No sé cómo hemos aceptado construir grandes extensiones de campos de cultivo con agricultura intensiva en los lugares donde hay menos agua. Eso es complejo. No es porque no podamos llevar agua, sí podemos llevar agua. Hay un costo, pero lo podemos asumir como Estado. El problema es que se evapora más rápido y además porque abajo de los desiertos no hay napa freática, no hay agua subterránea.
¿Cómo se manifiesta la falta de investigaciones ambientales en Arequipa?
La Autoridad Nacional del Agua (ANA), a través del Consejo de Recursos Hídricos, monitorea varias estaciones allí. Y Senamhi también tiene datos. Se debe comenzar a unir la data para saber cómo están los ratios de temperatura y ver si hemos subido la temperatura en el promedio anual. Entonces, si se comprueba ello, ese permafrost está en riesgo y es susceptible de derretirse. Habría un gran problema allí.
De hecho, hace dos días, por la conducta atípica del clima, aparecieron los tres volcanes con nieve. A las dos de la tarde del día siguiente ya se había ido la mitad de esa nieve. Eso es un dato importante para observar. Lo que pasa es que nuestra temperatura del día está siendo más alta. ¿Cuánto más alta? Todavía no está estudiado. Eso quiere decir que sí hemos subido la temperatura media, y posiblemente nosotros hemos alcanzado más temperatura media que el resto de regiones del sur.
¿Qué desafíos enfrenta la investigación ambiental a nivel nacional?
Investigar es costoso, no es barato. De hecho, por lejos las universidades nacionales son las que más hacen investigación porque son las que más subvencionadas están. Las universidades privadas no hacen mucha investigación, no porque no quieren, cuesta mucho hacer investigación.
Entonces, si nosotros entendemos que despertando conciencia para que la población maneje su uso, los investigadores piensen más en la lógica del agua y las autoridades generen más presupuestos para invertirlos en proyectos de economía circular, recién así podremos comenzar a resolver el problema. La idea es ajustarnos al camino: adaptación, esa palabra es mágica para la nueva estrategia de cambio climático.
¿Qué otras actividades económicas en Arequipa se ven impactadas por el calentamiento global?
La industria utiliza como insumo a la naturaleza. Si hablamos de la industria de las curtiembres, los cueros salen de los animales y estos animales consumen nutrientes que provienen de la agricultura, entonces ahí tienes un problema. No es que no va a haber cueros para curtir, lo que pasa es que va a subir su costo del cuero. Hay que pensar por qué tenemos costos tan baratos de agua en lugares donde no hay agua.
Toda la industria que recibe agua subterránea, tiene un gran problema porque la recarga de agua subterránea en Arequipa se recarga muy lento, en muy poca cantidad, o sea de todo lo que llueve, muy poca cantidad pasa a esa agua subterránea. Entonces, va a llegar un punto de inflexión donde consumiremos más agua de la que se recarga, pero ello no sabemos cuándo será.
Además del calentamiento global, ¿qué otros fenómenos son particularmente dañinos para los habitantes de Arequipa?
En Arequipa tenemos un gran problema con nuestra atmósfera y el rompimiento de la capa de Ozono. La gente está confundiendo la intensidad del sol con la radiación ultravioleta, Arequipa siempre ha sido una ciudad soleada, no nublada, es más, nuestra cultura de sembrar árboles no era para conservar y hacer microclimas, era para procurarnos sombra, así ha sido Arequipa, esa ha sido su estructura.
Ahora tienes que comprar ropa con protección ultravioleta si es que estás en el sol. Ese es un problema por sustancias que agotan la capa de ozono, y ahí están los principales: los gases del enfriamiento de los aires acondicionados por ejemplo. La acidificación del mar, estamos perdiendo biota por la pesca exagerada, por la acidificación del mar. De hecho, la pota de 5 soles a 25 soles por los chinos están sacando mucha pota.
¿Cuál es su proyección sobre el cambio climático en Arequipa en los próximos cincuenta o sesenta años?
Lo más seguro es la incertidumbre, y eso es lo más trágico. Porque al decir que lo más seguro es que la temperatura suba 5 grados, entonces se preparará toda una política porque se sabrá cómo va a cambiar el clima. Pero si no se sabe qué va a venir, unos se prepararán para el frío, otros para el calor, otros para zonas áridas, otros no harán nada.
Es que la incertidumbre significa muchas variables, respuestas rápidas, presupuestos más ágiles para poder atender, poblaciones fuera de zona de riesgos porque, no sabes si es bueno o malo, no hay escenario de incertidumbre. Entonces la incertidumbre, que es lo que más seguro va a pasar, porque se puede ver en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, es justo en lo que no nos estamos preparando.
¿Qué hacer al respecto a la concientización de las personas sobre el cuidado del medio ambiente?
Las personas quieren recibir respuestas rápidas, quieren entenderlo rápido, los comunicadores nos han acostumbrado a eso. Cuando me hacen una entrevista me dicen que hable facilito para que la gente lo entienda, ¡no!, si la cosa es dura y cruda no dudes que te voy a hacer entender, entonces eso del “facilito”, para que la gente lo procese mejor, no anda bien.
Leímos como tres o cuatro estudios, porque estamos intentando hacer un plan comunicacional, donde, para que la gente cambie su hábito tiene que recibir al menos cuatro meses de un impacto diferenciado de información para mostrarle que su hábito no es correcto, que el hábito nuevo es el preferible y después adopte ese hábito.
¿Qué prácticas serían beneficiosas para los sectores económicos y sociales?
Antes habían tres R’s: recicla, reduce y reutiliza, ahora hay nueve, están repara, repiensa, rechaza, responsabiliza; estas nuevas R’s están más pegadas al lado social. Está bien, voy a practicarlas, pero para eso me tengo que capacitar, nuestro celular es una computadora, preguntas a tu inteligencia artificial o navegador y te responde, listo, entras a foros y ahí están las respuestas y las preguntas.
Eso se llama ciudadanía ambiental, participar en las decisiones ambientales de manera responsable, por iniciativa propia. Si yo exijo algo tengo que saber que lo que estoy exigiendo es válido a nivel técnico y práctico, porque puedo decir “no va a ese proyecto, consume mucha agua, esa actividad me contamina”. El Estado somos nosotros.
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