Elegir un pescado en buen estado asegura en gran parte el aprovechamiento nutricional de este alimento, aseguró Liliana Vargas, nutricionista del Programa Nacional A Comer Pescado, del Ministerio de la Producción.
Por ello al momento de su compra debemos tener en cuenta ciertas características: como los ojos, los cuales deben ser transparentes y saltones, descartando aquellos ejemplares cuyos ojos tengan una tonalidad blanquecina o estén hundidos.
Otro signo de frescura se nota en la piel, esta debe ser brillante y lozana, y no tener una apariencia arrugada u opaca, además, si el pescado tiene escamas, estas deben estar bien adheridas a la piel y no desprenderse con facilidad.
La carne, por su parte, debe estar firme y elástica, para comprobarlo, hay que pedirle al comerciante que presione el pescado con el dedo índice, si la huella del dedo sigue visible y la carne permanece hundida, no es conveniente comprarlo, pero si vuelve a su estado normal, quiere decir que es fresco.
En tanto, las branquias deben tener una tonalidad rojo brillante y una apariencia húmeda, eso revela su buen estado. Branquias opacas y secas, por el contrario son señal de un producto no apto para su consumo. El olor a mar también denota la frescura del pescado.
Hay que recordar que la correcta manipulación, preparación, presentación y consumo del pescado, complementa la obtención de los minerales, proteínas, vitaminas y Omega3 que contiene, los cuales son altamente beneficiosos para el organismo, aseguró la especialista.
El Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción fomenta el consumo de pescado, pota y demás recursos hidrobiológicos, por ser altamente nutritivos y beneficiosos para el organismo en toda etapa de vida.
El Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción fomenta el consumo de pescado, pota y demás recursos hidrobiológicos, por ser altamente nutritivos y beneficiosos para el organismo en toda etapa de vida.
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