La bicentenaria Institución de apoyo humanitario en favor de los niños y niñas en estado de abandono material, espiritual y moral celebra un aniversario más.
Como se sabe el Centro de Atención Residencial “Chaves de la Rosa”, fue fundado por el recordado Obispo de Arequipa, don Pedro José Chávez de la Rosa Galván y Amado, quien conmovido por su corazón de padre, al ver que muchos niños eran arrojados a las puertas de la calle de la Arequipa antigua, trabajó incansablemente por la constitución de una casa para recibir a niños huérfanos.
Los primeros apoyos económicos provinieron de las mandas y herencias de: don José Antonio Pérez, don Manuel Priego y esposa, doña Manuela Peralta y don José Zuleita y Aguado, con lo que se solventó los gastos de la Real Casa.
Durante 100 años, las hermanas de San Vicente de Paúl, se dedicaron en cuerpo y alma a cuidar de los niños y niñas huérfanos de la ciudad.
Al llegar el año 1981, la Beneficencia asume por primera vez la administración y conducción directa del Albergue, para lo cual se contrata personal profesional y técnico que debía ocuparse del cuidado y atención de los niños, asignándose al Dr. Alfredo Salinas Salinas como primer administrador de ésta que podríamos llamar la nueva era.
En estos 226 años han formado parte del Albergue cerca de 25,000 niños y niñas, casi la mayoría llevan el apellido Chávez de la Rosa por disposición judicial.
Hoy en día albergamos a un promedio de 60 niños, de los que hoy fueron bautizados 27 niños en la iglesia de la inmaculada concepción, masiva fue la asistencia a la ceremonia por parte de los padrinos, trabajadores e invitados.
Hoy nuestro albergue asume el nombre de Centro de Atención Residencial para Niños y Niñas, asume una filosofía de trabajo que va más allá de la aplicación de marcos de referencia, programas, metodologías y procedimientos, buscando convertirse en un modelo de atención integral para la población objetivo.
Hoy contamos con nueva infraestructura y equipamiento moderno con una inversión cercana al millón de Soles, con lo cual buscaremos brindar un espacio de desarrollo cálido, afectivo y estimulante muy parecido a un entorno familiar seguro, de manera que allí, nuestros niños puedan forjar vínculos estables y saludables, reconstruir los lazos con sus propias familias y relacionarse con redes sociales (familia, vecinos, escuela, iglesia) a fin que puedan tener referentes positivos.
Buscamos promover e implementar una dinámica de educación constante caracterizada por el buen trato y crianza que busca establecer relaciones afectivas.
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